Una cuarentena está definida como un aislamiento preventivo a que se somete durante un tiempo, por razones sanitarias, a personas o animales.
En estos días, en los que el término es tan mencionado en relación con la prevención del Coronavirus, bien vale la pena conocer o repasar cuál fue la cuarentena más famosa de la historia. Se trata de la que debieron cumplir los astronautas de las misiones Apolo al regresar de la Luna. Fue hace medio siglo.
¿Qué se trataba de prevenir? El propósito de la cuarentena era evitar la propagación de cualquier contagio desde nuestro satélite natural, pese a que los científicos de la NASA (sigla en inglés de Administración Nacional –estadounidense- de Aeronáutica y Espacio) lo consideraban muy poco probable. Esto en función de que se había concluido que en la Luna no podía existir virus alguno, al no darse ningún tipo de vida. Sin embargo...
¿Cuántos días les llevaba? Tres fueron las misiones Apolo cuyos astronautas debieron cumplir con cuarentenas. El aislamiento de la tripulación del Apolo 11, que incluyó a Neil Armstrong -primer hombre que pisó la superficie de nuestro satélite- Edwin Aldrin y Michael Collins, duró 16 días. Mientras que tanto el del Apolo 12 como el del 14 se prolongó a 21 jornadas.
Recordamos que la misión Apolo 13 (la que trascendió a través de la película del mismo nombre y protagonizada por Tom Hanks) no llegó a la Luna; y las restantes, Apolo 15, 16 y 17 no la debieron hacer. Se consideró que no era necesario luego de la experimentación que se había hecho ya con las tres primeras misiones que habían alunizado.
¿A dónde hacían la cuarentena? Una vez que los astronautas eran rescatados del módulo de comando (el componente de la nave Apolo en el que llegaban a la Tierra), que amerizaba, cumplían primero con una breve estadía en lo que se denominaba MQF (sigla en inglés de instalación o unidad móvil de cuarentena). Eso sucedía a bordo del portaaviones estadounidense Hornet, que acudía al rescate.
Después de que el portaaviones llegaba al puerto, el MQF era trasladado en avión a Houston; y los astronautas pasaban la cuarentena en el Laboratorio de recepción lunar, ubicado en el Centro de naves espaciales tripuladas.
¿Qué hacían? Entre las actividades que se conocieron o difundieron, incluso por televisión en vivo dentro de los Estados Unidos, los astronautas conversaron con el presidente Nixon (en el caso del Apolo 11), con sus familiares y con la prensa, siempre aislados, mediante equipos de comunicación y observándose por las ventanillas del MQF o las instalaciones equivalentes del laboratorio de Houston.
También, pasaban sus horas leyendo diarios, celebrando fechas especiales (Armstrong pasó su cumpleaños 39 en cuarentena) e incluso tocando instrumentos musicales. Y lógicamente, además de alimentarse, descansar, higienizarse y eliminar desechos corporales, cumplían con los chequeos y reportes científicos.
Problemas de salud. Si bien nunca se detectó un virus proveniente de la Luna, se supo que los astronautas experimentaron afecciones por aspirar polvo lunar. Fue el caso de Harrison Schmitt, tripulante de la misión Apolo 17 y único geólogo del programa, quien después de regresar al Módulo Lunar tras una caminata de exploración por la superficie de nuestro satélite reportó sentirse congestionado y con fiebre por aspiración de polvo lunar, que había entrado al habitáculo a través de la suela de sus botas.
Sus síntomas desaparecieron al día siguiente y los médicos y científicos de la NASA no lo consideraron algo grave en ese momento. Sin embargo, más adelante, Russell Kerschmann, patólogo del Centro de Investigación Ames de la NASA y estudioso de los efectos del polvo mineral en la salud humana, advirtió: “El verdadero problema son los pulmones. De alguna manera, el polvo lunar se asemeja al polvo de sílice (mineral formado por silicio y oxígeno) en la Tierra, el cual produce silicosis, una enfermedad grave”.
“En su forma aguda –explicaría Kerschmann-, la silicosis hace que los pulmones se llenen de proteínas sanguíneas. Y es como si la víctima se sofocara lentamente, por una enfermedad similar a la neumonía".
Varios de los astronautas de las misiones Apolo declararon que el polvo lunar se pegaba a todo y que era prácticamente imposible quitarlo. Cuando entraba al Módulo Lunar, se entremezclaba con el aire, provocándoles irritación en los pulmones y en la vista una vez que se quitaban los cascos.