En un nuevo "lunes negro", el pánico por el avance del coronavirus volvió a paralizar las operaciones de la bolsa de Wall Street, que abrió en picada. Algo similar ocurrió con las plazas europeas, que cayeron hasta 9% a pesar de las medidas tomadas por los bancos centrales el fin de semana.
El Dow Jones cayó 9.76% y el Nasdaq, 6,12%. Mientras, a las 12:30 GMT (9.30 hora argentina), Londres caía un 7,1%; Frankfurt, un 9,5%; París, un 10,9%; Milán, un 9,6%; y Madrid, un 10,6%.
El barril de Brent caía más de 9% y llegaba a su nivel más bajo en cuatro años, por el desequilibrio provocado por una sobreoferta de crudo y una caída en la demanda, como consecuencia de la pandemia de coronavirus.
En Nueva York, el barril de WTI, el petróleo de referencia en Estados Unidos, para entrega en abril perdía 7%, a 29,51 dólares, aún por encima de su último mínimo alcanzado el pasado lunes de 27,34 dólares.
Antes, las bolsas asiáticas también había cerrado en rojo: Shanghai (-3,4%), Shenzhen (-4,83%) y Hong Kong (-4,03%). La bolsa de Tokio cerró en baja de 2,46% a 17.002,04 puntos.
La bolsa de Australia cayó 9,7% y el índice ASX 200, barómetro de los mercados australianos, cerró con una caída de 537,30 unidades, a 5.002,00 puntos. Los sectores industrial y energético son los más afectados, con pérdidas de más del 15%.
Tal como Donald Trump lo venía pidiendo, la Reserva Federal estadounidense bajó su tasa de referencia a cero el domingo para tranquilizar al mercado. La Fed bajó sus principales tasas a 0%-0,25% y anunció que iba a volcar al mercado 700.000 millones de dólares.
Paralelamente a la Fed, el Banco Central Europeo (BCE) y los bancos centrales de Japón, Reino Unido, Canadá y Suiza flexibilizaron las condiciones de intercambios de divisas entre ellos, para poder garantizar un aprovisionamiento suficiente en dólares, pero no lograron calmar los mercados.