En 1996, Fabián Tablado mató a Carolina Aló de 113 puñaladas, y fue condenado a 24 años de cárcel. Ya en prisión, el femicida se casó con Roxana Villarejo y tuvo mellizas, pero la pareja se separó y él no puede mantener ningún tipo de relación con sus dos hijas.
Antes de su liberación, el pasado viernes 28, las psiquiatras de la Asesoría Pericial de San Isidro evaluaron su salud mental y determinaron que "no presenta trastorno psicótico ni psico orgánico y sus facultades mentales encuadran dentro de la normalidad", pero consideraron que no está en condiciones de "ejercer la responsabilidad parental" sobre sus hijas.
Por esta restricción perimetral, tanto Tablado como Villarejo llevan una tobillera y no pueden estar a menos de 300 metros. Sin embargo, en las últimas horas, esa tobillera activó una alarma en el centro de Monitoreo Electrónico del SPB.
"Los técnicos del SPB que monitorean desde La Plata reciben la activación de los sensores cuando Tablado se acerque a su ex mujer, o viceversa, a una distancia de 700 metros, así tienen tiempo suficiente como para avisar", explicó la jueza que solicitó la medida.
Lo que ocurrió entonces es que Roxana, con quien el exconvicto mantuvo una relación hace once años, fue a un consultorio odontológico que está a dos cuadras de la casa donde en 1996 Tablado asesinó a Carolina Aló. "Del Servicio Penitenciario llamaron a la policía y a la mujer para advertirle que estaba cerca de ese domicilio. También se despachó un móvil de la comisaría de Tigre a modo preventivo", explicaron a Télam.