Stephanie Smithwhite (40) se hizo un agujero en el pantalón de su uniforme para tener sexo con uno de los reclusos, Curtis "Cocky" Warren (56). El hecho ocurrió en la ciudad de Durham, situada en el noreste de Inglaterra.
Según trascendió, la oficial estaba tan obsesionada con el hombre -preso por tráfico de drogas- que hasta se había tatuado su nombre. El diario The Guardian asegura que se registró un total de 213 llamadas entre ellos en tan solo tres meses.
La mujer no solo le había enviado una foto de ella con un traje de gata y le había dejado notas eróticas, sino que había tenido sexo con el preso en la cocina, en el cuarto de lavado y hasta en la celda de Warren.
La relación entre la oficial y el recluso tuvo una duración de seis meses durante 2018, hasta que fueron descubiertos a través de las cámaras de vigilancia. Ahora la mujer enfrenta una condena de dos años de prisión.