En su regreso a suelo estadounidense tras su participación en la Cumbre del G-20, Donald Trump vivió una particular situación en la Base de la Fuerza Aérea de Andrews ante un marine que había perdido su gorro, sin poder recuperarlo por su obligación de mantenerse en su posición.
El viento causado por el helicóptero con el que Trump y su esposa Melania viajarían a la Casa Blanca, había volado la prenda del uniformado a unos metros.
Trump vio la situación, aplaudió al oficial y se agachó para recoger el gorro, que colocó sobre la cabeza del marine. Sin embargo, el viento volvió a volarlo.