Carlos Ghosn, el ex presidente de Nissan, llegó a Beirut en las últimas horas después de fugarse de Japón. Estaba en libertad bajo fianza y esperaba un juicio por cuatro acusaciones por supuestas irregularidades financieras.
"Actualmente estoy en Líbano. No soy más un rehén de un sistema judicial japonés parcial, donde prevalece la presunción de culpabilidad, donde la discriminación es generalizada y donde se violan los derechos humanos. No me he fugado de la Justicia, me he escapado de la injusticia y de la persecución política", afirmó Ghosn en un comunicado que fue dado a conocer por su portavoz.
Según algunas fuentes, el hombre se escapó en un estuche de contrabajo acompañado por un grupo paramilitar que simulaba ser una banda musical. Entró al país con un pasaporte falso, según fuentes citadas por la cadena pública NHK, y llegó a Beirut en un avión privado.
"Ha dejado tirado todo aquí, las cosas suyas están en su habitación. Si regresa trabajaremos juntos", expresó su abogado Junichiro Hironaka, que se mostró sorprendido por la fuga de su cliente.
Una de las causas por las que se lo acusa, en Tokio se condena con 10 años de prisión. Además se suma a otras tres acusaciones que incluyen compensaciones pactadas no declaradas y el uso de fondos de Nissan para beneficio propio.