A pocos días de su jura, el flamante ministro de Economía, Martín Guzmán, enfrenta sus primeros desafíos. La prioridad del Gobierno es inyectar plata al bolsillo de la gente, pero ello dependerá de varios factores: el riesgo país, la inflación, el dólar y el manejo de la demanda de dinero generada.
Uno de los pendientes más urgentes es la renegociación de la deuda con acreedores privados que contemple una convergencia creíble. Un acuerdo exitoso ayudaría a reducir el riesgo país y estabilizar la demanda de dinero, y así bajar el costo de financiamiento de las empresas y posibilitar un acuerdo de precios y salarios.
El ministro dejó entrever que en 2020 no habrá ajustes fiscales, ni habrá margen para aumentar el déficit fiscal con financiamiento monetario.
Según indicó Clarín, para que en el próximo año el déficit fiscal primario se mantenga en torno a los niveles de 2019 (-0,8% del PBI) bajando al mismo tiempo la inflación, el Gobierno tendrá que tomar medidas fiscales. Entre ellas, quedarían en el foco la desindexación de las jubilaciones, el aumento de retenciones y la baja de los subsidios.
En lo que refiere al dólar, tanto el ministro como el Jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, confirmaron la permanencia del cepo y la vigencia de un sólo tipo de cambio oficial. Mientras tanto, se piensa en emplear un dólar "turista" más caro para compras en el exterior.