El presidente de Brasil, Michel Temer, fue denunciado penalmente este lunes por la noche por el delito de corrupción pasiva por el fiscal general, Rodrigo Janot, tras lo cual será la Cámara de Diputados la que deberá votar si acepta o no la acusación para que el gobernante sea juzgado por el Supremo Tribunal Federal (STF), la máxima corte del país.
Temer es el primer jefe del Estado de Brasil en ser denunciado penalmente durante el ejercicio del mandato por un delito cometido en su gestión, en virtud de la grabación secreta que le hizo de una conversación sobre sobornos el empresario Joesley Batista, del frigorífico JBS, un corruptor confeso y libre por colaborar con la justicia.
"La presidencia no va a comentar esta noche", dijo a Télam un portavoz del Palacio del Planalto tras la oficialización de la denuncia por la Fiscalía General de la República.
Janot denunció a Temer por hacerlo partícipe del pago de sobornos de 500.000 reales (unos 150.000 dólares), cuya entrega fue filmada por la Policía Federal, por el grupo JBS al ex diputado y ex asesor presidencial Rodrigo Rocha Loures, un muy cercano aliado del gobernante.
"Temer y Rodrigo Rocha Loures, además de recibir el dinero, en comunión y unidad de designios, con voluntad libre y consciente, aún aceptaron la promesa de ventaja indebida en valor de 38 millones de reales" (unos 12 millones de dólares), dijo Janot.
La denuncia debe ser recibida por el juez Edson Fachin, del STF, que la deberá enviar a la Cámara de Diputados.
Como se trata del presidente, una denuncia penal en el ejercicio del mandato debe definirse por una votación en la Cámara de Diputados, donde Temer y sus aliados tienen mayoría. Para que la autorización para iniciar el juicio penal en la corte suprema sea aprobada debe ser votada por dos tercios de la Cámara de Diputados (342 parlamentarios).
Si la denuncia es aceptada, Temer se convertirá en procesado, pero la denuncia será archivada en caso de que la Cámara de Diputados blinde al presidente.