Cristina Kirchner vuelve de Cuba el domingo. Hasta entonces nada se sabrá en el Senado sobre quiénes ocuparán los principales puestos de conducción. La única certeza, claro, es que será ella la presidenta de la cámara, en carácter de vicepresidenta de la Nación, cargo en el que sucederá a Gabriela Michetti y que asumirá tras renunciar a su banca de senadora nacional.
En la Cámara Alta todos los destinos están vacantes. Los más destacados son el de presidente provisional, el segundo cargo en la línea de sucesión presidencial, que durante los últimos cuatro años ejerció el macrista Federico Pinedo, y las presidencias de los bloques Frente para la Victoria y Justicialista, y del interbloque Frente de Todos, que agruparía a ambos y a otros bloques aliados, como Misiones y Frente Cívico por Santiago.
En la discusión también entrarán al menos otras dos presidencias, las de las comisiones de Presupuesto y Hacienda y de Acuerdos, encargada analizar, darles curso y rechazar las propuestas de jueces del Poder Ejecutivo.
En el Senado todos coinciden en destacar que Cristina será la reina de la cámara, no solamente por el tamaño de su figura política sino, sobre todo, porque a ella le responderá directamente una significativa cantidad de senadores: en principio, 16 de los 72, de los cuales cuatro son integrantes de La Cámpora: la mendocina Anabel Fernández Sagasti, el porteño Mariano Recalde, el rionegrino Martín Doñate y el fueguino Matías Rodríguez.
A ellos podrían sumárseles los dos tucumanos, José Alperovich y Beatriz Rojkés, quienes integran un bloque propio y, según pudo saber este diario, conversan directamente con la futura vicepresidenta.
Por aparte de esos eventuales 18 cristinistas hay otro grupo de al menos 16 justicialistas, conducidos por el cordobés Carlos Caserio, que mantendrán su independencia del bloque K, bajo el paraguas del Bloque Justicialista. Algunos de ellos, inclusive, no quieren saber nada con el Frente para la Victoria, según dijeron a este diario.
En este contexto, admiten que es casi imposible que vaya a formarse un bloque único del Frente de Todos y aseguran que en su lugar se armará un interbloque que integre a ambas bancadas.
Sería, en tal caso, un interbloque de 41 de 72 senadores. Es decir que el Frente de Todos tendrá no solamente mayoría propia para iniciar sesiones (cuórum) y para sancionar leyes (excepto aquellas que requieran los dos tercios) sino también la fortaleza para poner los presidentes del grueso de las comisiones. Según calculan, serán al menos 20 de las 36 permanentes.
Del otro lado, Juntos por el Cambio tendrá como máximo 28 senadores y quedarán tres senadores con futuro incierto: el santafesino Carlos Reutemann, el rionegrino Alberto Weretilneck y el sanluiseño Adolfo Rodríguez Saá, que antes de las PASO expresó y apoyo a Mauricio Macri y después de las PASO dijo que votaría a Alberto Fernández.
Negociación o decisión
En ese combo a discutir también se incluye el sillón del segundo senador por la mayoría ante el Consejo de la Magistratura.
El chubutense Mario Pais se sienta en uno de esos dos sillones desde que reemplazó a Miguel Pichetto cuando el rionegrino se pasó al oficialismo. En el segundo se sienta la santiagueña Ada Rosa del Valle Itúrrez de Cappellini, que no renovó su banca de senadora. Ese es el cargo por cubrir.
Hay senadores que dicen que Cristina decidirá todo y otros que, en cambio, sostienen que todo está siendo conversado con Alberto Fernández, interesado también en que sus referentes ocupen cargos importantes.
Uno de ellos es Caserio, que conduce el Bloque Justicialista, que se referencia en el futuro presidente y en algunos gobernadores del peronismo, pero no en Cristina.
Caserio ha sido definido en el entorno de Alberto como su espada parlamentaria y su más importante dirigente en la Córdoba de Juan Schiaretti, quien en las elecciones jugó tácitamente a favor de Mauricio Macri.
Del otro lado está la camporista Fernández Sagasti, a quien también se menciona entre los senadores con un futuro rol destacado en la cámara.
Así como Caserio tiene línea directa con Alberto Fernández, Sagasti la tiene con Cristina Kirchner. Todos están esperando que la fórmula electa resuelva el organigrama. Esto deberá producirse antes del miércoles 27, cuando se realizará la sesión preparatoria en que jurarán los senadores electos en octubre.