Con más del 80 por ciento de las mesas escrutadas, el recuento de votos en Bolivia avanza este martes y, en principio, habría segunda vuelta entre el presidente Evo Morales y el opositor Carlos Mesa.
El cómputo oficial se encuentra al 84,64 por ciento del escrutinio, con un 44,27 por ciento de sufragios para Morales y un 39,5 para el expresidente Mesa.
A su vez, sectores afines y contrarios al presidente boliviano (denunciaron un posible fraude para evitar el balotaje) anunciaron protestas a la espera del conteo definitivo.
El Comité Nacional de Defensa de la Democracia de Bolivia, contrario a la reelección de Morales, convocó a la "resistencia democrática frente a las acciones de fraude electoral en marcha", dijo a los medios uno de sus voceros, el ex Defensor del Pueblo Rolando Villena.
"Pero también frente a la prepotencia y la violencia innecesaria que el actual régimen está imponiendo para tratar de intimidarnos", agregó Villena.
Esta entidad llamó a una huelga nacional desde este miércoles y -según Villena- solo se suspendería "con la declaratoria oficial de la autoridad electoral de la segunda vuelta y si no es de esa manera, con la anulación de las elecciones".
Por su parte, los sindicatos de obreros y campesinos afines al Gobierno de Morales, agrupados en la Coordinadora Nacional por el Cambio (Conalcam), se declararon en "estado de emergencia y movilización nacional" y anunciaron que marcharán el miércoles en La Paz, tras reunirse con el mandatario.
La entidad responsabilizó al candidato opositor Mesa por los incidentes ocurridos el lunes en varias ciudades bolivianas y llamó a sus afiliados a "realizar las acciones correspondientes para la defensa movilizada de la victoria de nuestro proceso de cambio" en las elecciones del pasado domingo.
La ley electoral da la victoria al candidato con al menos el 50 por ciento de los votos o con el 40 y diez puntos de ventaja sobre el segundo.
Morales aspira a un cuarto mandato consecutivo hasta 2025, cuando el país celebrará el bicentenario de su independencia, en una candidatura considerada ilegal por sus detractores, por incumplir el límite constitucional de dos mandatos consecutivos y el resultado de un referéndum que en 2016 rechazó la reelección.
Sospechas
La desconfianza por parte de la oposición comenzó cuando publicaron los datos preliminares, con casi el 84% de los votos escrutados, que daban ganador a Evo Morales, pero con una diferencia de apenas sietes puntos, lo que obligaba a una segunda vuelta.
Sin embargo, ese conteo se suspendió y el candidato opositor salió a denunciar fraude.
Lo que provocó los incidentes de los últimos días fue la decisión del Tribunal Superior Electoral de ese país de publicar el lunes los datos del sistema al 95,09 por ciento y que, lejos de la tendencia anterior, daban ganador a Evo con el 46,85% de los votos frente al 36,74% de Mesa.