Unos 1.760 pilotos estarán de huelga este fin de semana por reclamo salarial, por lo que se verán afectados más de 650 vuelos nacionales e internacionales en los que iban a trasladarse al menos 70.000 personas.
Es el corolario de un conflicto extenso y profundo que mantienen con el Gobierno los dos sindicatos mayoritarios: la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (Apla) y la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA).
El paro es contra las empresas Aerolíneas Argentinas y Austral, ambas controladas por el Estado nacional. Los pilotos dicen que recibieron un incremento salarial del 23% entre septiembre de 2018 y el mismo mes de 2019, ante una inflación del 55%.
Desde el presidente Mauricio Macri hasta el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, les pidieron a los pilotos que no hagan la huelga. Pero los aeronáuticos la ratificaron tras el fracaso de dos reuniones en 24 horas con el holding Aerolíneas.
El presidente Mauricio Macri aseguró que el paro de pilotos de Aerolíneas Argentinas y Austral "es político" y sostuvo que nunca vio un gremio que se oponga a tener más afiliados para no favorecer a lo que llamó "la revolución de los aviones".
Horas antes de subirse a la caja de una camioneta para realizar la marcha del "Sí, se puede" en Bahía Blanca, Macri habló del tema por primera vez: “Es un paro político, la lógica del kirchnerismo”, se quejó.
Y dijo que no puede creer que los sindicatos se opongan “a que lleguen más empresas para tomar más empleados”. Los sindicatos sostienen que no se oponen a eso, sino a que los trabajadores nuevos no sean encuadrados en los convenios colectivos vigentes.
En la misma línea de Macri, el titular de Aerolíneas Argentinas, Luis Malvido, consideró que la medida de fuerza es un "paro k". "Lamento que la gente tenga que sufrir lo que deciden un puñado de señores", dijo. Y afirmó que el pedido de Fernández a los pilotos para que no paren fue "para la tribuna".
El ministerio de Producción y Trabajo había dictado al menos dos conciliaciones obligatorias cuando los pilotos anunciaron la huelga. El jueves, se dictó la tercera. Pero los aeronáuticos decidieron no acatarla porque, dijeron, esta instancia estaba agotada.
Fernández, quien podría ser electo presidente del país el 27 de este mes, recibió en su departamento a Pablo Biro, jefe sindical de APLA. En una charla tensa pero respetuosa, no se pusieron de acuerdo.
El candidato les dijo que tienen razón con el reclamo, pero les aclaró que no es momento de hacer huelgas por el caldeado clima social a las puertas de una elección clave y con la economía en caída libre.
Biro, quien apoya la candidatura de Fernández, rechazó el pedido y respondió que los trabajadores no pueden seguir esperando. "A algunos se les complica pagar el alquiler", dijo. Y le pidió que no interfiera, porque la disputa es con Macri.
En este sector hay ocho gremios aeronáuticos históricos con unos 13.000 afiliados. En tanto, los trabajadores de las empresas de bajo costo no están en estas agrupaciones: hay 57 pilotos en Flybondi, 47 en Norwegian y 38 en Jetsmart, según los datos de Transporte.
Entre los ochos líderes sindicales, todos confrontan con Macri y siete de ellos apoyan abiertamente la candidatura de Fernández. El único que se mantiene distante es Ricardo Cirielli (mecánicos), ex subsecretario de transporte del kirchnerismo.
Los que sí expresaron su apoyo a Fernández son Biró, Cristian Erhardt (secretario general de UALA), Juan Pablo Brey (aeronavegantes), Edgardo Llano (personal de tierra); Jonatan Doino (técnicos y seguridad); Natalia Fenchuk (tripulantes de cabina); y Rubén Fernández (personal superior).
Por la corresponsalía de Buenos Aires.