El caso fue tan llamativo que quedó registrado en la revista científica Forensic Science, Medicine and Pathology. Sucedió en Australia, los médicos determinaron que murió tras una "hemorragia significativa" que causó el colapso general de la mujer que tenía 76 años.
Según se pudo ver en la autopsia, tenía "dos laceraciones", una de ellas "sobre una vena varicosa grande" (várices). Finalmente concluyeron que la víctima murió "desangrada" por esta razón.
Las várices son dilataciones venosas que se caracterizan por la incapacidad de establecer un retorno eficaz de la sangre al corazón. Las más comunes se producen en miembros inferiores.
Lo que detectaron es que además la mujer tenía condiciones preexistentes: "Tenía varias afecciones de salud subyacentes, incluida la presión arterial alta y la diabetes tipo 2", lo que aumentó la fatalidad del ataque, señalaron.
"Este caso demuestra que incluso los animales domésticos relativamente pequeños pueden ser capaces de causar lesiones fatales en individuos si hay vulnerabilidades vasculares específicas presentes", concluyeron.