Un tremendo caso se conoció recientemente y sacudió a la comunidad de Merthyr Tydfil, en Gales. Una mujer ingresó al hospital por una fuerte tos y terminó con sus dos piernas y un brazo amputados.
Jayne Carpenter, de 51 años, se preocupó porque sufría de una tos con flema muy oscura. Por eso, decidió ir al hospital por una consulta, ya que pensó que podría tratarse de un virus.
En un primer momento, los médicos que la atendieron pensaron que sufría de neumonía, pero su salud comenzó a empeorar rápidamente hasta llegar a un estado de coma. Fue entonces cuando los profesionales decidieron investigar más a fondo.
Así, descubrieron que Jayne sufría una sepsis, y que la única forma de salvarle la vida era sometiéndola a amputaciones de sus extremidades. La mujer perdió su brazo derecho y ambas piernas.
"Ha sido horrendo. Hubo tres años en los que estuve cerca de acabar con mi vida. Es como un proceso de duelo, me he afligido por la vida que una vez tuve", contó la exenfermera en ocasión de un acto por el 'Día mundial de la sepsis'.
"Ha sido completamente devastador y ha cambiado mi vida. Tener sepsis es algo que nunca predices que te sucederá. No he dejado que me derrote, pero tengo mis momentos oscuros", reconoció Carpenter.
Y cerró: "Es como un proceso de duelo, me he afligido por la vida que una vez tuve y la capacidad de hacer muchas de las pequeñas cosas que dan por sentado, como poder nadar. No puedo ponerme mis propias joyas, confío en que mi esposo se ponga mis zapatos, me quita la feminidad. Trato de hacer todo lo que puedo pero tengo que pedirle a mi esposo Robert que haga muchas cosas, ha sido una verdadera roca".
La sepsis es una afección grave causada por una respuesta inmunitaria fulminante a una afección. El cuerpo libera sustancias químicas en la sangre para combatir la infección. Esas sustancias son las que desencadenan una inflamación generalizada, que termina produciendo coágulos de sangre y fugas en los vasos sanguíneos.