El jueves, la policía encontró en Uruapan, en el estado Michoacán, en México, 19 cadáveres: nueve colgaban de puente vehicular, al lado de una pancarta con amenazas; otros siete estaban amontonados en una avenida cercana y tres más cerca de ahí. Algunos estaban desmembrados.
Dos de los colgados del cuello con sogas y semidesnudos eran mujeres, igual que uno de los cuerpos desmembrados, informó en conferencia de prensa Adrián López Solís, fiscal de Michoacán.
Las víctimas tenían marcas de disparos. Algunos estaban con las manos atadas y otros con los pantalones bajados.
Aunque el letrero colocado junto a los colgados no era del todo legible, traía las iniciales del Cártel Jalisco Nueva Generación, conocido por su violencia, y menciona a "los Viagras", una banda contraria. "Haz patria y mata un Viagra", dice una parte del mensaje.
"Este tipo de violencia publica y teatral, donde no sólo matas sino que jactas de haber matado, es un forma de intimidar a los rivales y mandar un señal a las autoridades", dijo el especialista en seguridad Alejandro Hope, quien agregó que este tipo de "impunidad cínica" ha ido en aumento en Michoacán.
El fiscal estatal explicó que los asesinatos parecían ser parte de una guerra territorial. "Determinadas bandas criminales se disputan el territorio para controlar las actividades relacionadas con la producción, la distribución y el consumo de las drogas", indicó. "Lamentablemente esa confrontación deriva en este tipo de acontecimientos que alarma, con toda justificación, a la población".