Ana Garibaldi, la actriz que interpreta a Gladys en "El Marginal", se confiesa: "Yo vengo del teatro. Había hecho algunas participaciones en televisión, pero lo que está pasando con El Marginal supera todo. Es algo muy masivo. Es como un gran salto impresionante".
Gladys, que está presente desde la primera temporada de la serie de Underground, es mucho más que la mujer de Mario Borges. También es su cómplice en lo criminal, y las manos y ojos del capo de San Onofre fuera de la cárcel. Arregla desde asesinatos por encargo hasta tráfico de drogas.
Ana, de 49 años, cuenta que la primera escena que tuvo que grabar para la serie que se rueda en la ex cárcel de Caseros fue una escena de sexo con su marido de la ficción, interpretado por Claudio Rissi. "No llegué a agarrarme ningún rollo que ya estaba grabando. Estuvo bueno sacarme ese peso y después seguir", contó a Teleshow.
Y añadió: "Había tenido una sola experiencia de sexo en televisión en 'Tratame bien' y fue mucho más suave y sutil. Esta sabía que sería más fuerte y me parecía lo lógico. Incluso quería que fuera lo más cruda posible, que no se me viera algo que insinuara. Ese tipo de escenas no me gustan. Sabía que tenía la posibilidad de plantearlo, fue escuchado y muy bien recibido".
"Con Claudio nos llevamos bien en todas las escenas, incluso en esa: fue muy cuidado y muy respetuoso de ambas partes", dijo Garibaldi, que estudió cuatro años en el Conservatorio, pero no rindió las últimas materias. "Así que no puedo decir que me recibí de actriz nacional", dice.
Garibaldi, casada hace nueve años con un restaurador de antigüedades llamado Faustino y mamá de Amanda (3), recuerda sus inicios en 'San Onofre', cuando nadie anticipaba el éxito que llegaría a tener 'El Marginal'.
"Cuando llegás, te recibe un policía real, caminás por el pasillo y…¡uf! La verdad, es fuerte saber todo lo que debe haber pasado ahí adentro. Uno no conoce, pero lo imagina, y lo que imagina es poco", contó Ana.
"Al principio me iba con una impresión extraña y no me daba cuenta qué me pasaba hasta que hablé con Claudio y notamos eso: una sensación que tuvieron todos al entrar la primera vez. Después de tres temporadas, ya uno quiere ir porque es un lugar querido", cerró.