Luego de la audiencia indagatoria del pasado lunes a Cristina Kirchner, donde la ex presidenta negó tener vínculos comerciales con Lázaro Báez, el empresario patagónico deberá declarar ante el juez federal Julián Ercolini.
En las últimas horas creció la expectativa por su declaración, sobre todo después de que sus hijos Luciana, Leandro y Melina Báez expresaran ayer -a través de su abogado- que existieron "negocios en común" entre ambas familias. Esa afirmación de Santiago Viola chocó contra los dichos de la ex mandataria en la indagatoria del lunes.
Según trascendió, Báez no contestará las preguntas del magistrado, quien lo indaga por haber sido favorecido con el 80 por ciento de la obra pública santacruceña por el gobierno de Cristina Kirchner.
Días atrás, la defensa del empresario hicieron un pedido de prisión domiciliaria, basado en el último informe médico. En su escrito, describieron que el empresario patagónico padece "sobrepeso, diabetes, hipertensión arterial, asma bronquial leve y gastritis crónica", además de trastornos psicológicos, entre otras afecciones. El planteo fue rechazado por el juez federal Sebastián Casanello, quien investiga a Báez en otra causa.
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