Este martes comenzó a regir el boleto estudiantil gratuito en la ciudad de Buenos Aires. De este modo, unos 32.250 alumnos de distintos niveles, comenzaron a viajar sin cargo en colectivos, todas las líneas del subte y el premetro para llegar a sus colegios y regresar luego a sus hogares.
Después de años de una fuerte lucha estudiantil, el boleto que habilita el pase libre para trasladarse en distintos medios de transporte (excepto, por el momento, en los trenes) se hace realidad para los estudiantes que cursan en instituciones públicas y privadas totalmente subvencionadas, que funcionan dentro de la Capital. Alcanza a los alumnos que asisten a los niveles inicial, primario y secundario, a establecimientos de educación especial y centros de formación profesional.
A fines de septiembre se abrió el trámite para acceder al beneficio: desde entonces, 273.000 alumnos tienen la posibilidad de inscribirse en la página web del gobierno porteño para dar inicio con los pasos requeridos.
Una vez que el sistema corrobora que el interesado asiste de manera regular a una institución educativa con domicilio en la ciudad, sin importar si se trata de un vecino local o de algún distrito del conurbano, el aspirante es derivado a la sede comunal más próxima al inmueble escolar.
Este sistema se modificará el próximo año, cuando el carnet sea reemplazado por el uso de la tarjeta SUBE. Se prevé que, en ese caso, el abono del viaje de cada alumno se imputará de manera similar a como ocurre con quienes hoy gozan de descuentos sociales, mediante información previamente registrada en el software.
La iniciativa también despertó voces en contra porque no alcanza a estudiantes y docentes universitarios y terciarios. En este sentido,Adrián Lutvak, presidente de la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA), había adelantado que el objetivo es poner en agenda una ley nacional que dé marco a un boleto que incluya a todos los sectores educativos para contrarrestar la deserción.