El nuevo gobierno, sea del partido político que sea, deberá afrontar un complejo escenario económico con problemas estructurales y algunas urgencias, entre las que se encuentran la inflación, la expansión del desempleo y la pobreza, y un latente riesgo de default.
Quien asuma el 10 de diciembre tendrá que hacer un equilibrio difícil entre atender el frente social, para evitar que se dispare la conflictividad, y el financiero, por la urgencia que plantean los vencimientos de la deuda. Entre los economistas y analistas, en tanto, hay un consenso: de esta encrucijada se sale con un amplio consenso político y social.
Entre las elecciones primarias del 11 de agosto y las generales del 27 de octubre se conocerán dos datos de impacto: el 19 de septiembre el Indec revelará el aumento del desempleo registrado en el segundo trimestre; y seis días después, el 25, informará el aumento de la pobreza sobre el mismo período. Ambos datos serán más elevados que los de 2015.
En 2020 deberán abonarse 15.200 millones de dólares en intereses, 16.700 millones en amortización de capital y 9.500 millones por vencimientos de LETEs, LECAPs y LECERs. Es decir, un total de 41.400 millones de dólares.
Hay visiones encontradas. Para el economista Miguel Ángel Broda no hay vueltas: la Argentina "no va a tener plata para pagar la deuda" el año que viene y la posibilidad de un default es real, aun si Mauricio Macri es reelecto.
Broda ve como única alternativa que la Argentina recupere la posibilidad de colocar deuda. Esto hoy está cerrado porque el riesgo país no baja de los 1.000 puntos básicos. Esto obligaría a tener que abonar 13% en dólares anual para conseguir dinero.
Un pronóstico similar tiene Arnaldo Bocco, director del Observatorio de la Deuda Externa (ODE). Para los años 2020-2023 hay vencimientos por el equivalente a 185.083 millones de dólares. En principio, según Bocco, el próximo presidente deberá renegociar sí o sí los vencimientos con el Fondo Monetario Internacional para estirar los plazos.
En el Gobierno rechazan de plano la posibilidad de un default en 2020. Apuntan a la renovación del total de los vencimientos de letras a cambio de tasas récord, que se cuente con un superávit primario de 5.200 millones de dólares, más el aporte del FMI y otros organismos internacionales de 8.900 millones y un financiamiento privado de 17.800 millones.
Víctor Beker, director del Centro de Estudios de la Nueva Economía (CENE) de la Universidad de Belgrano también desestima un default. Y hace la cuenta: de los 6.800 millones de dólares en bonos que vencen en 2020 solo 2.800 están en moneda extranjera. Asimismo, de los 9.500 millones de dólares en letras, sólo 4.500 millones están en moneda dura.
Inflación
El próximo presidente arrancará con un piso de inflación del 40,3% anual, según el promedio de estimaciones realizadas por 30 consultoras y centros de investigación, 14 bancos argentinos y cuatro analistas extranjeros que participaron del Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) del Banco Central entre el 29 y el 31 de mayo.
Para 2020, la expectativa de inflación de los analistas se ubicó en 26,1% anual y Para 2021, las previsiones observan un 19,1%. En estas previsiones, los economistas consultados por Vía País estiman que habrá un impacto considerable delos ajustes de tarifas que –en plena campaña electoral- el gobierno de Mauricio Macri pateó para 2020.
Según el REM, el Producto Interno Bruto real caerá 1,5% en 2019, es decir, más que lo previsto en abril. Y además se redujeron el crecimiento previsto para 2020 a 2% (antes 2,2%), en tanto que sostuvieron la expectativa de expansión para 2021 en 2,5%.
El crecimiento podría acentuarse si el próximo gobierno cambia la política económica e impulsa el desarrollo del mercado interno, clave a su vez para la postergada generación de empleos.
Desempleo
El empleo es uno de los grandes escollos: en lo que va del gobierno de Macri se crearon en total 119.602 empleos netos (en un 90% monotributistas y casas particulares), al pasar de 11.962.396 en diciembre de 2015 a 12.081.998 en marzo de 2019.
Si se analiza sólo el empleo privado hay estancamiento: pasó de 8.519.841 en 2015 a 8.556.356 en la actualidad. Y si sólo se observan los asalariados, que eran una obsesión para Cambiemos en su campaña, hubo una baja desde 6.246.526 a 6.161.606 puestos.
Estos niveles de empleo privado de calidad están estancados desde hace siete años, señalaron desde el Instituto para el Desarrollo Social Argentino (IDESA). Datos oficiales del ministerio de Producción y Trabajo lo confirman: en enero de 2012 ya había 6.105.953 empleos.
Según un análisis de la consultora privada EcoGo el desempleo podría alcanzar los dos dígitos en este primer semestre. Con este pronóstico coincide el economista Orlando J. Ferreres al analizar el comportamiento de sectores sensibles como la industria y la construcción.
En una economía en franca recesión las previsiones de Ferreres indican que en el país ya habría más de 2,1 millones de personas desocupadas, es decir, más del 10% de la población económicamente activa que es de 20,9 millones.