Algunas playas del caribe mexicano están dejando de ser un paraíso soñado para convertirse en una verdadera pesadilla ecológica. Es que cada vez son más los turistas que en Cancún, Playa del Carmen y Tulum, entre otros balnearios, encuentran en sus blancas y finas arenas al sargazo.
Se trata de un alga marina que crece en los mares tropicales, se acumula en la orilla y transforma el color turquesa de las aguas en marrón. Se lo conoce como "el oro del mar", pero poco tiene que ver con el oro, ya que desprende un olor fétido, altera gravemente al ecosistema y perjudica al entorno.
Los expertos advierten que esta podría ser la nueva realidad de la zona: el sargazo podría instalarse de manera frecuente. Según cálculos de la Red de Monitoreo de Sargazo en Cancún, continuaría llegando semana tras semana, hasta superar el millón de toneladas este año.
El dato alertó al sector hotelero, que desde hace 15 días barre la orilla y costea con fondos privados su limpieza para que sus clientes disfruten de la estadía con tranquilidad y no se vean afectados.
Aunque la cifra de viajeros que llegaron al aeropuerto de Cancún en marzo subió un 3,3% con respecto al mismo mes del año anterior, temen que este ritmo no pueda mantenerse si el sargazo no da tregua.
La Riviera Maya proporciona la mitad de los ingresos provenientes del turismo del país. Hasta 2014, apenas había llegado el sargazo a sus costas.
Pero una mezcla de factores que incluyen el cambio climático, la contaminación derivada del uso de fertilizantes y corrientes oceánicas que arrastran a las algas hasta la región fue el detonante del problema.
"Se trata de uno de los mayores retos que enfrenta el mundo", afirmaron desde el Estado de Quintana Roo, conocido por su gran oferta de resorts vacacionales. "Dicho desafío requiere de la suma de esfuerzos multinacionales y de un compromiso global por encarar los efectos del desarrollo económico sobre el medioambiente", señalaron. Es por eso que el Gobierno pondrá en marcha un plan de acción para combatirlo.