Desde el primer caso de Covid – 19 en Miramar de Ansenuza, hay un grupo de mujeres que están trabajando en post de bloquear, mediante un sistema, los contagios de coronavirus en la localidad.
Celina Brochero es directora de gestión y control público: "Desde el comité de crisis se organizó un sistema de trabajo en tres etapas, Bloqueo, Seguimiento y Alta, conformando un equipo interdisciplinario, voluntariado, e integrantes del mismo. El objetivo principal es actuar de una manera rápida a partir de una alerta de caso sospechoso o positivo", comentó.
Con tanta incertidumbre en la sociedad, Celina todavía no tiene real magnitud del tiempo que dedica: "Estoy priorizando brindar a la comunidad de nuestro pueblo lo que está a mi alcance y hacerlo de la mejor manera posible, como parte de este equipo".
Trabajan hasta 13 horas por día, Luisina Aguirres, que pertenece al área de salud, nos dio algunos detalles: "Nuestra tarea consiste en realizar la llamada a la persona con resultado positivo. Lo primero es tranquilizarla, porque es un shock emocional, luego le damos información de cómo continuar el aislamiento. Una persona se encarga de darle seguimiento todos los días junto a un doctor y si es necesario asistencia psicológica", afirmó.
Esta actividad conlleva mucha responsabilidad, eso hace que pasen casi todo el dia trabajando en la unidad COE o en sus casas, resignando tiempo a su familia: " No hay tiempo para descansar, resignamos nuestra vida normal, tiempo con nuestros seres queridos" dijo Luisina.
Silvina Arrieta es la encargada de los seguimientos, tiene más de 150 llamados por día a todos los aislados y es la referente de cada uno de ellos: "La gente aislada se siente sola, molesta y asustada en algunos casos, entonces yo soy un poco la contención de ellos. Lo hago porque debemos ayudarnos entre todos, además de mi compromiso por trabajar en el sector público", dijo.
Contacto de Contacto
En el caso de Miramar de Ansenuza el sistema no solo aísla a los contactos estrechos sino también a los contactos de contactos, lo que la reacción de las personas al comunicarles que deben permanecer aislados tiene diferentes reacciones, algunas acatan la orden sin problemas y otras no, lo que dificulta mucho el proceso de bloqueo, cuando se incumple.
La mayoría de los positivos, casi en un 90 por ciento, proveyeron la lista de contactos que tuvieron y eso facilitó notablemente el bloqueo, pero el diez por ciento restante produjo una demora de cuatro a cinco días en dar una lista y se perdió un muy tiempo valioso.
Voluntad y compromiso
Johana Oroná, participa también en el COE y tiene bien en claro cuál es su prioridad: "En realidad acá no hay horas, nosotros trabajamos todo el día, sino es en el salón lo hacemos desde casa, estamos al pendiente del teléfono constantemente, y cuando sale algún caso agarramos todo y salimos a la sala, sería como un cuartel de bomberos, ellos extinguen el fuego y nosotros tratamos de frenar la ola de contagios, igual no se compara, pero es como para que la gente lo entienda", manifestó.
Abigail Mandrile, es la única voluntaria de la localidad trabajando a la par de sus compañeras: "Decidí anotarme para la actividad que sea necesaria, esperé por un tiempo, hasta que un día me citaron acepté. Considero que, como habitantes del pueblo, todos deberíamos colaborar con lo que se pueda contra esta situación tan fea que estamos atravesando, muchos quedamos sin trabajos al momento que comenzó la cuarentena por lo tanto disponemos de un montón de tiempo libre y que mejor forma de invertirlo que ayudando a prevenir que siga creciendo esta pandemia".
La primera línea
Hay una actividad que es de mucho riesgo, Las encargadas de los testeos. Estefania Mercado, bioquímica y Emilse Fereira, enfermera, son las que están en contacto permanente con el virus y trabajan incansablemente para detectar y prevenir más contagios: " Estar en la primera linea nos preocupa mucho y se necesita valentía, porque el virus genera mucha incertidumbre ya que no hay una cura", manifestó Emilse.
Gracias a este equipo de maravillosas mujeres, la población de Miramar de Ansenuza tiene un escudo protector que hace lo imposible para frenar el avance de este virus, pero es importante saber que sin la colaboración y el respeto de toda la comunidad, todo el trabajo será en vano.