La jueza Itziar Soly determinó la prórroga de la prisión preventiva del policía retirado Gustavo Luna, acusado de abuso sexual. El excomisario hace un mes se encuentra en esta situación luego de haberse recepcionado una segunda declaración testimonial de la víctima a través del sistema de Cámara Gesell.
La medida cautelar fue requerida por la Fiscalía, representada por la Fiscal adjunta Estela Pasarelli quien argumentó que persistían los riesgos procesales para realizar el requerimiento. Adelantó que en función de la declaración tomada, la acusación se encontraba en "condiciones de reformular los cargos" a partir de nuevos datos brindados por la víctima.
"El riesgo procesal de entorpecimiento de la investigación sigue vigente, la victima fue clara en torno al temor que le genera el imputado y manifestó cierta inquietud respecto al accionar de familiares del hombre", destacó la fiscal.
Agregó que se encuentra en trámite una denuncia penal realizada por testigos que cumplen funciones en la Secretaría de niñez, adolescencia y familia que dieron cuenta de diversos hechos de persecución, identificando a personal policial.
La defensa del imputado se opuso a la prisión preventiva asegurando que "no se está entorpeciendo la investigación, el hombre no tuvo contacto con la victima, ni con familiares ni con los operadores que la fiscalía menciona. No existe tal hecho de hostigamiento y persecución".
Además de proponer medidas cautelares alternativas menos graves como que el acusado cambie su lugar de residencia, en relación al miedo adujeron que no tiene un origen claro y resultaría necesario justificarlo para la prisión preventiva. Propusieron en este sentido que un perito de parte explique este aspecto en el marco de la audiencia, situación que autorizó la jueza Soly.
Finalmente la magistrada dispuso la prórroga de la prisión preventiva del excomisario hasta que concluya con la investigación penal preparatoria. La magistrada afirmó que "la niña no manifestó sensaciones como plantea la defensa, habló en cambio de situaciones concretas que surgen a partir del comportamiento de la pareja del imputado que vive en la misma localidad, explicando las actitudes que tiene para con ella. No veo cómo ésto puede neutralizarse con otra medida cautelar".
"Además la niña menciona que existieron amenazas que le generan angustia y que hoy voy a vincular con la denuncia que realizaron los operadores de la SENAF. Ella manifestó claramente que se mueve con miedo y ese miedo hay que neutralizarlo", concluyó la jueza. Según publicó ADN.