Familiares de los soldados le piden al Estado poder viajar una vez al año al cementerio de Darwin

El pedido fue encabezado por la presidenta de la asociación de familiares de caídos en la Guerra de Malvinas, María Fernanda Araujo, hermana del soldado Elbio Araujo.

Familiares de los soldados le piden al Estado poder viajar una vez al año al cementerio de Darwin
Bandera Argentina en el cementerio Darwin - Islas Malvinas

Los familiares de los soldados caídos en la guerra de las Malvinas, cuyos restos fueron identificados en el operativo de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense, reclamaron que el Estado se haga cargo de viajes regulares a las islas.

Después de 37 años, la mujer pudo estar en la tumba de su hermano en el cementerio Darwin.
Después de 37 años, la mujer pudo estar en la tumba de su hermano en el cementerio Darwin.

"Le pedimos al Estado que entienda que los nuestros entregaron la vida en Malvinas y como Estado tienen que llevarnos a todos al menos una vez al año para verlos, tiene que ser más seguido porque lo necesitamos, incluso los familiares del Crucero General Belgrano", declaró a la Agencia Telam

Sostuvo que "muchos de los héroes que dieron la vida eran sostén de familia o iban camino a serlo; a los veteranos que volvieron el Estado les proveyó de puestos laborales, pero de las familias de los caídos se olvidaron".

Bandera Argentina en el cementerio Darwin - Islas Malvinas
Bandera Argentina en el cementerio Darwin - Islas Malvinas

Los familiares también necesitan "una asistencia sanitaria especial, psicólogos y psiquiatras que no sean generalistas, sino que estén capacitados en los traumas y secuelas que deja la guerra", señaló.

Para los familiares de los soldados muertos en la guerra de 1982 "el cementerio de Darwin es tierra santa, es nuestro pedacito de cielo donde la mayoría decidimos que los héroes se van a quedar", aseguró Araujo.

Exhumaciones en el cementerio argentino de Darwin, en las Islas Malvinas, durante 2017.
Exhumaciones en el cementerio argentino de Darwin, en las Islas Malvinas, durante 2017.

"Todo el viaje a las islas es muy especial, ni bien el avión empieza a carretear en Ezeiza ya se hace un silencio que recién se empieza a cortar después de un rato con suspiros; cuando se empieza a divisar las islas hay llantos y risas hasta el aterrizaje que es un festejo; ni bien pisamos Malvinas arranca un silencio que nos acompaña en los 45 minutos de ómnibus hasta que se empieza a ver la silueta del cementerio", destacó.