Nada fue sencillo para el nacido el 16 de octubre de 1986, en Casilda provincia de Santa Fé. Debutó en Primera a los 16 años. Pasó por las Inferiores en Central Córdoba y Estudiantes de La Plata. En 2007, a los 21 años, firmó con Ferro, donde jugó un solo partido, en abril de 2008, y con un resultado desastroso: 0-4 ante Atlético de Rafaela por la Primera B Nacional.
Franco Armani dice que se hizo arquero a la fuerza. Que su hermano mayor, que le llevaba que le lleva tres años, jugaba de delantero y cuando eran chiquitos, a él le tocaba ir al arco. Siempre. El arco no era un arco: era el marco del garaje del fondo de la casa. Sin el portón, porque ya lo habían roto de tantos pelotazos. Franco, a veces, solía terminar llorando. Su hermano, a veces también, le pegaba. Y le hacía algo que era peor: lo hacía ir al arco. Aunque esa orden, más tarde, terminaría cambiándole la vida.
Ese pibe de 21 años nacido en Casilda que se había hecho arquero por la obligación de jugar en la infancia con su hermano Leandro, goleador que en el 2008 tuvo su momento de fama con la camiseta de Newell's, veía desde el banco de suplentes cómo los tres palos eran defendidos por otros jugadores.
Para poder llegar a fin de mes, seguía viviendo en la pensión de Estudiantes de La Plata, recorriendo 120 kilómetros por día junto a tres compañeros en un auto compartido. Bajó una categoría para buscar continuidad en Deportivo Merlo y logró el ascenso tras vencer a Los Andes en la Promoción. Felipe de la Riva, su técnico, le adelantó: "Vos vas a ser el arquero de la Selección".
El objetivo de tomar rodaje no llegaba. Tampoco el sueldo: los pagos se retrasaban, los pocos pesos que recibía no alcanzaban y debía hacer malabares para sobrevivir.
Pero luego, el 21 de enero de 2010, Dios le daría una de sus mejores oportunidades a su carrera deportiva. Deportivo Merlo disputó un amistoso frente a Atlético Nacional, Armani tuvo una gran actuación y llamó la atención de los colombianos, que lo contrataron con 23 años.
La noche del 19 de julio jugaron contra Junior de Barranquilla y el argentino Gastón Pezzutti, arquero titular, se desgarró. Armani ingresó a los 11 minutos de juego. Ganaron 3 a 1 pero terminó el partido con los ligamentos cruzados rotos. Festejó llorando de dolor. Esa lesión cambiaría su destino porque luego supo que el entrenador le iba a dar vía libre para que regresara a Deportivo Merlo, donde había ascendido y dejado su mejor versión.
Pero desde ésa lesión su vida empezó a cambiar, paso momentos de mucha soledad, llorando, sufriendo y más allá de lo futbolístico necesitaba algo diferente en su vida. Y es por eso que:
"Mi esposa me llevó a una Iglesia Cristiana y me gustó mucho. Empecé a aferrarme mucho a Dios y a partir de ahí mi carrera empezó a crecer", reconoció el ganador de la Copa Libertadores y de la Recopa Sudamericana con los verdolagas. A los 5 años eligió el arco y no lo abandonó más. Le pidió a su madre un buzo verde como el del Pato Fillol, ídolo de su querido River Plate y de la Selección.
Lo que siguió fue el deseo de Marcelo Gallardo de tenerlo en River. Corría 2016. Pero Armani prefirió esperar un tiempo más. Ahora hubo otra chance y esta vez no la dejó pasar, al punto que él mismo pidió salir de un lugar donde quieren hacerle un monumento.
Y se le dió, Franco Armani desde chiquito simpatizaba por la banda y a sus 31 años se logró llevar a cabo su pase del equipo colombiano, el Club de sus amores, donde ganó todo a la River Plate. Y lo magnificó que en sus partidos en el Club de Nuñez se acompló rápido y terminó conveciendo a Sampaoli para armar sus valijas e ir al Mundial de Rusia.
Debut sólido en la Selección
Franco Armani vivió en la noche de San Petersburgo un debut soñado en la Selección Argentina. Con una "linda dicotomía" en su sentir ya que, si bien el sueño de todo futbolista es llegar a dicho equipo, le tocó en un arco más que caliente y con mucha presión, el uno de River estuvo a la altura, cumplió y tuvo una tapada fundamental.
Debajo del arco, el Santafesino defiende los colores de la camiseta nacional en el encuentro futbolístico mas importante del mundo, los defiende con toda esa fuerza que se siente cuando se lo ve. Fuerza que se gestó en el anonimato mientras era un soñador, pero eso si, uno particular. Su refugio en Dios en momentos difíciles de su carrera, fué el "trampolín" que después de años de caminar en fe, perseverando, y preparándose; lo impulsó a a Rusia 2018.
Hoy vemos un Armani entero y en una fórmula futbolística que da resultado y alegra el corazón de los argentinos. Sin embargo el jugador cuando tiene oportunidad no deja de resaltar e insisir en una fórmula mas que deportiva, en la que junto a su esposa sostienen, que es la oración, la búsqueda y dependencia de Dios. Armani insiste que el mayor éxito de la vida está en la devoción a Cristo.
Con 31 años, Armani goza con el mote de ser uno de los mejores arqueros del mundo. Pocos saben que para construir ese prestigio debió pelear de frente con la decepción varias veces.
Algo personal
NOMBRE COMPLETO: Franco Armani. NACIMIENTO: 16 de octubre de 1986 en Casilda, Santa Fe. EDAD: 30 años. ALTURA: 1,90 metros. PESO: 87 kilos. TRAYECTORIA: Ferro (2007/09), Deportivo Merlo (2008/10), Atlético Nacional de Medellín (2010/16). TITULOS CON NACIONAL: 11 (Torneos Apertura 2011, 2013 y 2014; Torneos Finalización 2013 y 2015; Superligas de Colombia 2012 y 2016; Copas de Colombia 2012, 2013 y 2016; Copa Libertadores 2016).