Ya son 5 años de trabajo duro que vienen realizando Zulma, su familia y colaboradores que de lunes a viernes elaboran las meriendas para los que se acerquen al predio de quita 52, casa 4 del valle de Andorra. A su vez, martes, jueves y sábados también se dan almuerzos.
Este trabajo es sostenido por la familia de Zulma, aunque remarcó que recibe donaciones de muchos sectores y empresas privadas. "La gente común es la que más dona. Todas las cosas que llegan van al lugar donde tienen que llegar. Si sobra, siempre los juguetes cuando hacemos juntada o colectas y si sobra vamos a otros barrios, llevamos chocolate, torta y repartimos", dijo Zulma.
En la actualidad, el merendero tiene 210 personas que concurren y los que retiran alimentos, firman lo que se retira en una planilla. Zulma contó que se lleva a cabo esa metodología para imprimir un manto de credibilidad y transparencia en sus acciones. "Somos bastante ordenados en esas cosas", remarcó.
De las 210 personas que concurren al merendero, 80 son niños. Oscilan desde bebés, niños de 1 año hasta chicos de 13 años. "Chicos hay muchísimos, adolescentes no van muchos, pero van", aseguró Zulma. "Van con una olla o un 'taper' y llevan para compartir con la familia, porque lo más importante es la unión de la familia, no hay que separar", agregó.
La encargada del merendero lamentó la cantidad de desempleados en la ciudad y la gran cantidad de personas que no pueden satisfacer todas sus necesidades básicas, debido a la situación económica que se vive. Para tranquilidad de ellos y de los que concurren al lugar, se pudo terminar el salón que se utiliza "El salón es mío, lo hizo mi esposo con su plata" dijo Zulma, pero aclaró que le donaron chapas, ventanas y el piso.
Desde chica, Zulma fue indicada a ganarse el pan de cada día en su Formosa natal. Su padre era policía retirado y por cuestión de salud de un hermano bebé, todos los fondos de la familia fueron destinados a afrontar los gastos de la clínica. Una amiga de su madre le ayudó y le prestó plata, que le alcanzó para comprar un cajón de manzanas. "Nosotros éramos chiquitos y poníamos en bolsitas 6 manzanas y salíamos a vender en el centro. Con mis hermanos hacíamos eso", así contó cómo aprendieron a ganarse la vida.
"Yo siempre les aclaro a las mamás, ahí en el comedor de Andorra no se regala nada, se los ganan todos, Ahí como condición para ir a retirar la comida, la leche, todo, tienen que llevar la negativa de ANSES, fotocopia del grupo familiar e ir a cocinar 2 veces al mes y limpieza una vez al mes. Yo estoy contenta porque es dignidad también", resaltó Zulma.
Así es que trabajan duro en el merendero y en vísperas del Día del Niño, reciben la ayuda de los gobiernos, tanto municipal como provincial para realizar el festejo. La novedad de este año es que conseguieron la escuela para los eventos de ese día. Se estará recibiendo donaciones para los niños, tanto juguetes como alimentos.
A futuro Zulma tiene pensado tener un lugar propio para la fundación, poder brindar capacitaciones para las madres que asisten al merendero, poder tener una guardería para que las madres puedan dejar a sus hijos ahí y poder ir a trabajar.
Zulma agradeció a las empresas que le donan carne, pollo, pescado, leche, pan y todas las cosas que brindan en Andorra. Resaltó que ellos abren la puerta a todos los que quieran ir, hay gente que se va y después vuelve "hay que ayudar, hay que salir y ver la realidad. Hay un caso de una mamá que ahora consiguió trabajo, está bien, pero ella se va siempre a la copa, no a buscar, sino porque se siente bien, porque consiguió amigas", dijo.