Festejos, música y degustaciones: la vendimia tucumana invita a vivir una experiencia sensorial en los Valles Calchaquíes

Cuando el sol estival acaricia la tierra y las uvas alcanzan su punto perfecto de madurez, llenando las parras de prietos racimos, la provincia se prepara para vivir un evento que es mucho más que una cosecha. La vendimia de 2025 es una oda que se canta a los aromas de la tierra, a las notas de la música folclórica y el sabor profundo de los vinos que nacen de las raíces de los Valles Calchaquíes. En este rincón del mundo, la vendimia no solo es un acto agrícola, es una celebración que une el alma de la tierra con la de quienes la habitan. Y las bodegas de Tucumán, con su sello único, abren las puertas a esta fiesta sensorial que promete sorprender y enamorar.

Estancia Río de Arena: el Desentierro del Diablo XXII

El primer capítulo de esta fiesta comenzará el 1 de marzo, cuando la Estancia Río de Arena levante el telón con un evento único que fusiona el misticismo del Carnaval Calchaquí y el ritual de la vendimia. En el “Desentierro del Diablo XXII”, las voces y las tradiciones ancestrales resuenan entre los viñedos. A partir del mediodía, los asistentes podrán ser testigos del desentierro del diablo, un rito cargado de simbolismo que marca la llegada del Carnaval, mientras las ofrendas a la Pachamama honran la tierra que da vida a las uvas. La música folclórica será la banda sonora de este encuentro, con artistas como Noralia Villafañe, Aire Mansero y Los Arrieros. Es un viaje a las entrañas de una tradición que conecta pasado, presente y futuro.

Viñas del Chañar: homenaje a la Cosecha y a la Mujer

El 8 de marzo, Viñas del Chañar, ubicada en el pintoresco Colalao del Valle, transformará su finca en un homenaje a la cosecha y a la mujer. La bodega invita a todos a vivir una experiencia envolvente, que comienza con una vendimia guiada, donde el arte de cosechar la uva se vuelve una danza entre hombre y naturaleza. Después, un almuerzo campestre, con empanadas, asado a la estaca y postres regionales, será el maridaje perfecto para disfrutar de los mejores vinos de la finca. La jornada estará acompañada por música en vivo, creando una atmósfera que invita a la reflexión y al gozo. Esta experiencia, que inicia a las 11 de la mañana, será un tributo tanto a la tierra como a la figura femenina, pilar de esta celebración que se vive entre aromas y sabores.

Luna de Cuarzo: un encuentro espiritual con la Tierra

La Bodega y Viñedos Luna de Cuarzo llevará la vendimia a un plano espiritual el 15 de marzo, con un encuentro que conecta cuerpo, mente y naturaleza. En un paisaje cargado de magia, los participantes no solo cosecharán las uvas, sino que también se sumergirán en rituales de meditación, con cuencos de cuarzo, sahumadas y la tradicional pisada de uvas. Esta jornada comenzará temprano, a las 9 de la mañana, con la cosecha, pero pronto se transformará en un viaje interior, donde la tierra y el vino se entrelazan con la energía de la Pachamama. La experiencia culminará con un almuerzo regional, música en vivo y sorteos de vinos, en un espacio que invita a la introspección y al agradecimiento.

La Ruta del Vino de Altura: un recorrido por el corazón del vino tucumano

Este evento anual no se limita a las actividades puntuales; la Ruta del Vino de Altura, que recorre las rutas 40 y 307, invita a los viajeros a sumergirse en un circuito único que abarca desde bodegas familiares hasta las más modernas. A lo largo del recorrido, los participantes podrán degustar vinos excepcionales, conocer procesos de producción que van desde lo más artesanal hasta lo más industrial, y descubrir la primera bodega comunitaria de Latinoamérica. Además, los viajeros tendrán la oportunidad de explorar el Valle Calchaquí en toda su magnitud, con paradas en sitios arqueológicos como Talapazo, la Ciudad Sagrada de Quilmes y las Ruinas de Condorhuasi. Un viaje que no solo deleita el paladar, sino que conecta con la historia y la esencia de la tierra tucumana.

Una fiesta sensorial

La vendimia tucumana es una experiencia que va más allá de lo que se ve o se escucha. Es una celebración en la que todos los sentidos son invitados a participar: desde el canto ancestral de los rituales hasta el sabor profundo de los vinos, cada bodega ofrece una ventana al alma de Tucumán. El sol que acaricia los racimos, la música que llena el aire y la tierra que se convierte en vino cuentan historias que resuenan en cada copa. En 2025, Tucumán invita a ser parte de esta fiesta sensorial, una celebración del vino, la tradición y la conexión profunda con la tierra. Un evento que honra el esfuerzo y la dedicación de los viticultores locales y celebra la magia que solo puede nacer de esta tierra única.

Así, la cosecha 2025 en las viñas tucumanas se presenta como una oportunidad que invita a todos a sumergirse en la rica tradición vitivinícola de la provincia, celebrando un encuentro con la esencia misma de la tierra y el vino.