En el corazón del Ambato, donde la montaña se mezcla con el trabajo silencioso de quienes producen, Catamarca dio un paso estratégico para su economía social. Con la presencia del gobernador Raúl Jalil y del ministro de Gobierno, Seguridad y Justicia, Fernando Monguillot, quedó inaugurado el primer Mercado Cooperativo Productivo, un espacio que busca impulsar un nuevo eje de desarrollo y fortalecer el tejido cooperativo de la provincia.
El corte de cinta se realizó este miércoles, a la altura del Km 5 de la Ruta Provincial Nº 4, en la zona del Calvario. El proyecto es gestionado por la Cooperativa Moliendas del Ambato y acompañado por el Estado provincial a través de la Dirección Provincial de Acción Cooperativa y Mutual, con el objetivo de abrir un punto de encuentro entre productores, emprendedores y consumidores.
Un mercado que reúne identidad y producción
Desde el sábado 15, y todos los días de la semana, los catamarqueños podrán acceder en un mismo espacio a la producción olivícola, nogalera, apícola, y a una amplia variedad de artesanías y tejidos tradicionales, como el telar antiguo.
La propuesta también incluye alimentos saludables, productos regionales y cerealeros, dando forma a un corredor que combina calidad, tradición y valor agregado.
Además se suman sectores comerciales con yogures Miski, cervezas artesanales, vinos de la cooperativa CACAN y otros emprendimientos del oeste provincial, consolidando una vitrina que une territorio y comunidad.
Cooperativismo que trasciende fronteras
Para Augusto Pastore, integrante de Moliendas del Ambato, la apertura del mercado representa mucho más que un nuevo punto de venta.
Durante la inauguración expresó el orgullo de ver crecer un proyecto que no solo potencia a las organizaciones locales, sino que también articula con cooperativas de todo el país.
Entre los vínculos ya establecidos, destacó la participación de la red yerbatera de Misiones, que aporta yerbas cooperativas orgánicas elaboradas con barbacoa, junto a líneas de productos pensados para personas con celiaquía.
El mercado, además, cuenta con un espacio de descanso junto al río del Tala, a metros de un sitio histórico vinculado a la época jesuítica, y un camping familiar que completa la experiencia.
“No es solo un mercado, es una experiencia”
Pastore definió la propuesta con claridad: “Una gran oferta que sirva no sólo como un espacio donde puedo ir y comprar, capaz en la urgencia e inmediatez, y tener resuelto todo, porque puedo comprar desde alimentación hasta regionales para hacer regalos”.
Y agregó: “Los productos que se ofrecen allí son productos que tienen un valor agregado, que son las formas de producción, la vida de quien los produce, hay historia, son productos con historia, son productos con calidades de producción, con sentidos, con sentires, es importante que el público los conozca”.
Antes de cerrar, sintetizó el espíritu del proyecto: “Se ofrece básicamente una experiencia, no es solamente un lugar para ir a hacer una compra y volverse… invita a recorrer, a visitarlo y a conocer en detalle todo lo que es la producción artesanal y el trabajo de estas cooperativas”.
























