La necesidad de salir a trabajar en tiempo de pandemia y la movilización del 17A, fueron dos temas que analizó el psicólogo Sergio Esparrell. Además, hizo su enfoque en la importancia de la religión en las personas en "tiempo de desamparo". Estas son las respuestas del profesional en una entrevista:
- ¿La marcha de días pasados es una negación al miedo o no tienen miedo?
- Hay un autor que lo trabaja muy interesantemente a este tema. Se llama Christophe Dejours y trata psicopatología del trabajo. Dice que el trabajo es un escenario donde uno despliega esos impulsos y esas pulsaciones, las pone en juego ahí. Y ante las ansiedades, ¿cuáles son nuestras herramientas para defendernos de las ansiedades? Los mecanismos de defensa con los que venimos previstos. Negación, intelectualización. Generamos argumentos inteligentes para tapar un miedo. Las personas se buscan según sus mecanismos de defensa. Entonces, generamos un colectivo. Ese colectivo genera una cuestión como ideológica. Es decir, somos todos valientes, no nos va a pasar nada. Nos juntamos con otro que piensa lo mismo y hacemos el club de los valientes. Esa bravuconada es un recurso del aparato psíquico para afrontar, no de la mejor manera, porque hay una negación, pero permite salir. Hay un dato interesante. El inconsciente del sujeto no tiene representación de la muerte propia.
- ¿Qué significa?
- Eso significa, que, en el fondo de nuestro ser, nos creemos un poquito inmortales. Nadie a ido al velorio propio, siempre va al velorio de otro. Entonces siempre se piensa que la muerte es del otro. Es un mecanismo defensivo contra la sensación de fragilidad y vulnerabilidad que uno tiene.
- ¿Cómo juega la religión en esto, porque muchos apelan a la religión en momentos de angustia?
- Le contesto con una famosa entrevista que le hacen a (Sigmund) Freud hace mucho. Usted piensa que con el avance del psicoanálisis las religiones corren peligro? Y él dice: de ninguna manera. La religión es de la estructura del sujeto. El sujeto humano necesita la apelación a un orden superior. Independiente de la formación cultural que uno tenga. En momentos de fragilidad, muchas de nuestras vestiduras culturales, no nos sirven mucho cuando necesitamos apelar a un otro. Cada uno le pondrá el nombre que pueda o según la religión en que se inscriba, que de alguna forma lo ampare, sobre todo en tiempo de desamparo Entonces el soporte religioso puede ser sumamente importante.