El sacerdote Oscar Juárez, cuyo cadáver fue hallado asesinado y tapado con una sábana este miércoles, en el interior de su vivienda en la parroquia San Martín de Porres de la Capital, recibió 14 puñaladas en su cuerpo, según determinó el resultado preliminar de la autopsia.
En ese sentido, el informe fue entregado en las últimas horas a la fiscal a cargo de la causa, Adriana Giannoni, quien ayer confirmó que la sospecha apuntaría a un crimen en ocasión de robo. Además, indicó que los autores serían al menos dos delincuentes.
Por su parte, el ministro de Seguridad, Claudio Maley, señaló en horas de la mañana, que se encuentra a disposición de los investigadores "para ayudar a esclarecer" el crimen, y que "lo importante es que la fiscal esté presente con todo su equipo".
Asimismo, indicó que al tomar conocimiento de lo sucedido, "intervino directamente el equipo de investigación con la fiscalía especializada en homicidio": "Se trabaja con el análisis de cámaras y otras averiguaciones en busca de información que permitan el esclarecimiento de los hechos", remarcó.
El crimen del sacerdote fue descubierto en la mañana de ayer, cuando una empleada de limpieza llegó a la parroquia y descubrió que estaban violentadas las puertas de la casa donde se alojaba Juárez, dentro del templo, por lo que pidió ayuda a los vecinos de la zona y luego dieron aviso a la policía.
De inmediato, un patrullero concurrió al lugar y encontró el cuerpo del sacerdote tapado con una sábana y con heridas en todo el cuerpo. Giannoni puntualizó que al menos dos personas ingresaron a la vivienda de Juárez luego de violentar las puertas de acceso.
De esta forma, tras mantener una disputa con el sacerdote, quien habría intentado defenderse, lo apuñalaron y huyeron del lugar con dinero y algunas pertenencias de la víctima. "Aparentemente los agresores tenían todo listo para escapar del lugar cuando fueron sorprendidos por el padre", explicó Giannoni.
Según las primeras pericias de los médicos forenses, el ataque se produjo entre la 2 y las 4 de la madrugada, aunque el cuerpo, que estaba tapado con una sábana, fue encontrado 10 horas después del crimen.
En tanto, se encontraron 300 pesos debajo de su cuerpo, algunos objetos de valor sobre la cama, que se piensa que los asaltantes los habían puesto allí para llevárselos cuando fueron descubiertos por el sacerdote.
Por último, en el interior del ropero de la habitación, se hallaron una pistola y un revólver. La víctima llevaba 42 años como sacerdote y desde hace 13 estaba a cargo de la parroquia San Martín de Porres, según precisaron fuentes del arzobispado.