El 2020 será el año que quedará en la memoria de todos. Hace más de tres meses la pandemia de coronavirus atravesó la vida de todos los argentinos y cambió la cotidianidad por una nueva normalidad que se ve reflejada en todos los órdenes de la vida y que aún no puede verse con claridad hasta cuándo durará.
La educación lógicamente no fue la excepción. A lo largo del país algunas instituciones comenzaron el ciclo lectivo y los alumnos asistieron un poco más de 10 días cuando se decretó la cuarentena obligatoria allá por el 19 de marzo. Desde ese entonces, los docentes, los padres y los alumnos de todos los niveles comenzaron a vivir una nueva forma de enseñanza-aprendizaje, dónde la principal herramienta fue la tecnología que ocupó un papel central.
En Vía Tucumán quisimos conocer como vivieron este proceso los docentes de nuestra provincia. Dialogamos con cuatro profesionales tucumanos que nos contaron sus experiencias durante la cuarentena.
Johana Reguera Díaz, de 27 años, actualmente se desempeña como docente en San Tarcisio, un colegio que se enfoca en la educación especial y cuenta con Primaria Especial, Seise y Educación Permanente de Jóvenes y adultos con Discapacidad.
"La adaptación fue de manera paulatina, tuve que enfrentarme junto a una nueva modalidad de enseñanza, con medios totalmente diferentes y con realidades sociales muy distintas de cada uno de mis alumnos", explicó la profesional, quien cumple con sus tareas desde el año 2017 en la institución. Los docentes de las áreas especiales trabajaron de manera paralela para poder significar el aprendizaje.
"El colegio implemento la Plataforma Class room, donde el acceso de los padres no es la 100% pero es un herramienta que los alumnos irán accediendo , ya que es una modalidad que llegó para quedarse". En tanto, los alumnos que no lograron acceder a internet, "les enviaba cuadernillo impreso con las actividades del día a día".
Por ultimo, Reguera recordó el apoyo incondicional de los padres: "Sin ellos no lo hubiéramos logrado. Mucha predisposición y acompañamiento por parte de la Familia. Esta modalidad virtual nos permitió acercar a la familia y al alumno a la tecnología. El colegio estuvo al pie de la situación y estar a la altura de la misma, ya que el gabinete de la Institución acompañó a aquellas familias que requerían el apoyo nuestro".
En el colegio San Jose Obrero en San Miguel de Tucumán, Mariel Coronel es maestra de tercer grado del nivel primario. La profesional de 24 años comentó que, "la Pandemia nos tomó por sorpresa y como sabemos, esta no discrimina edades, clase social ni mucho menos el ámbito laboral. Educar en tiempo de cuarentena fue y es un proceso complicado, pero no imposible, se debe tener mucha paciencia y debemos estar preparados a cualquier situación que se nos presente".
Por otra parte, Coronel no tuvo problemas ante las complicaciones que podría generar el hecho de hablar frente a una cámara, pero sostuvo que "cambia rotundamente ese contacto tan precioso que es el mirar a los ojos al otro".
Ante la consulta del horario de las clases aclaró que las horas de trabajo en el colegio se multiplicaron, "lo que antes eran 4 o 5 horas por dia hoy son 10, porque uno en el aula puede ir revisando lo que cada alumno va desarrollando o con un simple diálogo puede asegurarse si aprendió, hoy tenemos que esperar a que los papás o responsables de los pequeños regresen de sus trabajos y tengan un tiempo para que puedan desarrollar las actividades propuestas (obviamente no todos pueden cumplir con el horario de entrega). De 20 alumnos, quizás el 50% cumple con todo lo que se le pide y el resto es todo a medias, no hablo solo de responsabilidad sino esto es en relación a la economía, ya que no todos poseen capital para comprar un celular especialmente para la "educación" y ni siquiera para contratar WIFI en sus hogares, los megas que te consumen los datos del crédito en un celular al usar internet es bastante y los padres no cuentan con un presupuesto extra para esto".
"Los docentes recibimos muchas quejas de las familias, por las actividades que enviamos y por el contenido que se presenta, porque ellos tuvieron que convertirse en maestros de sus hijos y debemos tener en cuenta que muchos papás no terminaron sus estudios, hace años no tocan un libro o simplemente están acostumbrados a que los pequeños estudien en la escuela y luego en la "maestra particular", remarcó.
"Los pequeños a diario preguntan ¿Cuando volveremos al colegio? y es entendible, ellos necesitan jugar y ser libres y yo comparto sus sentimientos", concluyó con esperanza por el pronto retorno a las aulas.
Luis Ángel Solórzano, es profesor titular de Enfermería Quirúrgica del Adulto y Anciano, de la escuela Universitaria de Enfermería, sede Aguilares al sur tucumano.
El licenciado mencionó que al principio le costó un poco la adaptación. "En el ámbito académico en alineación con las disposiciones emitidas por el PEN y el ministerio de educación de la Nación, la UNT como todas las Universidades y resto de instituciones educativas para resguardar la salud de los estudiantes y de todo el personal de las mismas se suspendieron las actividades académicas presenciales. Esta situación llevó a ir analizando este escenario y tomar diferentes medidas ya que, la parte práctica no se puede realizar y la misma quedará para ser desarrollada en el momento en que estén dadas las condiciones de seguridad para los alumnos, docentes, pacientes y personal de los centros de salud", explicó.
"Ante esta situación la estrategia que adoptó la catedra es utilizar diferentes plataformas virtuales, pero la que finalmente elegimos es la plataforma que posee la Facultad de Medicina ya que en esta se pueden dejar dentro del campus virtual los contenidos teóricos de las clases grabadas, material bibliográfico, enlaces, conexión a la Biblioteca virtual de la UNT y las clases las damos por enlace de MEET y quedan grabadas dentro del mismo campus virtual", añadió.
Solórzano comentó la recepción que tuvo de los alumnos que cursan su materia de segundo año de la carrera. "Realizaron diferente aportes y sugerencia a medida que se iban desarrollando los contenidos, para optimizar los recursos disponibles. A muchos les cuesta esta adaptación ya que la sede de Aguilares se encuentra en el interior de la provincia y hay localidades que no poseen un buen acceso a internet con lo cual limita al alumno además de no disponer con los medios económicos suficientes para poder acceder a un servicio de internet de mayor calidad. Por esta razón, al tratarse de una carrera de nivel superior, el rol en este proceso de enseñanza aprendizaje es llevado a cabo por el alumno y los padres acompañan o apoyan a sus hijos en este nuevo escenario".
Para finalizar, explicó cómo fue su experiencia en esta época de pandemia con el uso de la tecnología. "Como docente tengo 15 años de antigüedad y este cambio significó una mayor carga de tiempo, ya que en primera instancia nosotros como docentes tuvimos que cambiar nuestra modalidad de enseñanza porque no estábamos acostumbrados a ella y se la tubo que realizar de manera brusca sin transición. Gracias al apoyo de toda mi familia pude sostener el trabajo que día a día realizo como Licenciado en Enfermería, tanto en la salud pública como en el ámbito educativo en una situación sanitaria compleja, donde todos tuvimos que adaptarnos a este nuevo escenario".
En la localidad de San Pablo, perteneciente al departamento Lules, Gabriela Acuña se desempeña como docente de primaria. "Está situación nos tomó por sorpresa a todos y no solo en lo educativo, fue alejarnos de la rutina, del trabajo, de los afectos de la familia. Fue un gran cambio que nos atravesó a todos", comentó la docente quien además es fonoaudióloga.
"Todos los docentes coincidimos en que el trabajo fue arduo, se trabajó más, trabajar desde casa implicó más horas planificando, explicando y corrigiendo a cualquier hora incluso los fines de semana. Para quienes no estábamos acostumbrados a la tecnología nos costó convertir un pdf, organizar y armar vídeos, reuniones virtuales. Aprendimos mucho en cuarentena", enfatizó.
Con relación a la adaptación explicó que al principio fue complicado debido a los recursos de las familias de la zona que en algunos casos no contaban con computadora, o solo tenían un celular y varios niños en casa, sumado a la falta de wifi o poca conexión a internet, lo que dificultó poder realizar clases vía zoom y la metodología fue sobre todo a través de Whatsapp, audios, videos explicativos y archivos en PDF o Word.
Acuña destacó el trabajo realizado por los papás. "El rol de los papás fue importante, la predisposición fue indispensable en estos tiempos, sin ellos no iba a ser posible que los niños continúen su proceso de aprendizaje. Los docentes también tuvimos que contenerlos y motivarlos para que apoyen a sus niños, muchas veces se volvía difícil ya que en algunos casos había más de un nene en casa y la actividad se hacía más compleja. Ellos también tuvieron que adaptarse y estar más conectados", remarcó.
El trabajo desde casa es la marca de esta etapa de pandemia ya que tiene sus pro y sus contras. "Eso fue lo mas difícil ,y aún más cuando hay niños pequeños que requieren de tu atención. Cuando salís a trabajar queda todo en casa hasta volver. Hacer todo en el mismo lugar y a veces en simultáneo fue una odisea. Por supuesto que estar en casa también ayudó fortaleces vínculos a estar más cerquita de quienes dejamos solos aveces muchas horas cuando salimos a cumplir con nuestro trabajo y a poder disfrutar y valorar a la familia y a los seres queridos en estos tiempos difíciles, ya que al fin y al cabo, los afectos son lo más importante de la vida", cerró.