"A su suegro lo tiene vivo, nosotros a Alberto, mi hermano no lo tenemos. Si su suegro es inocente y sabe, que diga quien es el responsable de la muerte de mi hermano. Es lo único que voy a aceptar". Esto dijo Graciela del Valle Ledo en el juicio por la desaparición de su hermano de Alberto Agapito Ledo, que ocurrió en 1976, en Monteros.
El juicio se desarrolla en el Tribunal Oral Federal en esta capital y están imputados el ex comandante en jefe del Ejercito Cesar Milani y el ex capitán Esteban Sanguinetti, por la desaparición del soldado Ledo.
En su relato la mujer señaló que tiempo atrás, un yerno Milani se presentó en su casa con una carta de las hijas del militar. "Nos faltó el respeto", prosiguió. "Nos dice que nosotras fuimos utilizadas por la corporación política mediática. Que nos utilizaron vilmente y que caímos en la trama. No somos tontas. Tenemos años de lucha. Acá se está juzgando un delito de lesa humanidad, los imputados están por un delito de lesa humanidad", enfatizó.
La última vez
Explicó que según los testimonios que habían recogido, la última vez que vieron al soldado Ledo fue en un fogón, donde incluso él había cantado. Que al finalizar, “cuando ya todos estaban en la cama vino el capitán Sanguinetti y le dijo “Vamos Ledo”. Siguió explicando que salieron de la Escuela de Comercio de Monteros, en un jeep a hacer un recorrido y regresaron una vez, después otra, y, 3 a la tercera, vuelve solo el oficial sin el soldado. Ledo había salido sin sus anteojos y estos fueron alcanzados a la familia por un soldado tiempo después. Ayer los mostraron en el juicio. En julio de 1976, ella recibe a su madre en Buenos Aires y “recién empezamos a conocer el horror del genocidio”. Desde entonces, para ella y su familia, dijo, comenzó un largo peregrinar que incluyó presentaciones en organismos de Derechos Humanos, en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, entre otros lugares.