“Hace 30 años que no hay una campaña seria contra las adicciones. La última fuerte fue en 1997, con Fleco y Male. Desde entonces, nada”, dispara Gastón Pauls sin rodeos. Actor, comunicador y figura clave en la militancia por la prevención del consumo de drogas, hace más de una década que recorre escuelas y espacios comunitarios para hablar de lo que muchos prefieren callar.
En conferencia de prensa y antes de hablar frente a una multitud que lo esperaba, Gastón Pauls fue categórico en sus declaraciones.

Sobre su encuentro con adolescentes y sus necesidades a la hora de abordar estos temas Gastón Pauls indicó:
“Primero veo la inmensa necesidad de espacios de diálogo y de charla. Eso para empezar. Hoy, por ejemplo, estuve en un colegio y había más de 300 chicos. No volaba una mosca y no tiene que ver conmigo. Tiene que ver con que evidentemente es un tema que los toca: El consumo de drogas, alcohol, de apuestas, de pastillas”.
“Tiene que ver con una necesidad de hablar de esto. Yo lo digo todo el tiempo, la palabra ADICCIÓN, es lo que no se dice. Dicción es decir, adicción es no decir. Cuando se calla, cuando se tapan los temas, cuando no se debate sobre lo lo que está ocurriendo, de manera cada vez más trágica en el país, todo es mucho más difícil”.

La tecnología, según remarca, ha agravado el escenario: "Si soy adicto a a las apuestas, puedo apostar sin moverme en mi casa. Si soy adicto al porno, puedo mirar porno sin moverme de mi casa. Si soy adicto a las drogas, puedo conseguir drogas sin moverme de mi casa. Si soy adicto a la comida, puedo llenarme de cosas pidiéndolas sin moverme de mi casa".
“Tristemente, lo que veo es que cada vez arranca más temprano con el consumo. La Ludopatía es también una adicción y un verdadero problema: Ya hay casos de chicos que se suicidan a los 11 años porque tienen una deuda por una apuesta. Y las deudas son de 8 dolares, o sea, ¡la vida de un pibe vale 8 dolares!"
“En relación a las redes y a la tecnología es todo muy reciente, no hay tantos trabajos. La gente no sabe bien qué hacer. ¿Dónde va alguien que es adicto a a la tecnología? ¿a un psicólogo?, pero los psicólogos también pueden ser adictos a la tecnología. ¿cómo ayudo a un pibe a que no esté 24 horas con el celular en la mano cuando yo estoy 24 horas con el celular en la mano?“
“Las casas de apuestas son creadas por adultos, mayores, responsables (indica dibujando comillas en el aire) hacen publicidad en la remera de Boca, en la camiseta de River, en todos los programas a las 2 de la tarde, después los adultos nos sorprendamos porque los pibes están apostando”.
“Esto merece primero un compromiso real de los adultos de informarnos, capacitarnos, y escuchar a los pibes ser más permeables a sus angustias. Primero tenemos que hacer un chequeo de cómo estamos nosotros. Hay una frase que a mí me enseñaron en mi recuperación, que es, la digo todo el tiempo, es: soltá la lupa y agarrá el espejo”.

Sobre el rol del Estado en la lucha contra las adicciones Paul fue categórico: “Que no haya campañas de prevención fuertes y grandes hace casi 30 años en este país.
“Creo que es el momento para una campaña nacional fuerte de prevención que como dije no hay hace 28 años, desde una que hizo un doctor que se llamaba Miroli con Fleco y Male que eran dos dibujitos animados desde ese año que es el año 97″.
El trabajo de prevención es fundamental para que no se sume más gente al problema.
“Prevenir es decirle a un pibe que si consume paco no va a tener una vida hermosa. Prevenir es evitar que se suba al Titanic, porque ya sabemos que se hunde”.
“Este encuentro en Tres Arroyos surgió por el compromiso de dos madres. Es terrible y es hermoso a la vez: que la gente se mueva por su cuenta sin esperar que los políticos actúen. Como eso no está ocurriendo en muchos lugares las charlas, los encuentros, los debates, hasta las capacitaciones son autogestionadas”.
“El tema de las adicciones es una pandemia hace un montón de años. Se mueren por sobredosis un montón de personas, por infartos un montón de personas, por suicidios relacionados con el consumo un montón de personas, por accidentes, gente que está borracha y mata también. No es un tema para atender mañana, es un tema para hoy inclusive HOY YA ES TARDE”.

Y advierte que el fenómeno no distingue geografías: “He estado en pueblos de mil personas, de cinco cuadras, y ya hay consumo. Esto no es algo exclusivo de las grandes ciudades. Está en todos lados”.
Su análisis sobre las adicciones no se limita a lo individual: señala la necesidad urgente de una nueva legislación y de un abordaje integral de la salud mental. “Los suicidios crecen. La depresión también. Esto es una pandemia silenciosa. Necesitamos una nueva ley de salud mental y una ley específica de adicciones. Y compromiso político. Porque el que se muere por sobredosis o por una apuesta puede ser kirchnerista, macrista, mileísta o radical. Las adicciones no discriminan. En esto, o trabajamos todos juntos, o no hay salida”.
Sobre sus adicciones y el proceso de recuperación Gastón Pauls relató su angustioso proceso:
“El adicto tiene un montón de alertas. Yo tuve la alerta cuando se murió un amigo mío en un accidente, por manejar drogado; otro, cuando se suicidó otro amigo por las drogas, u otro por sobredosis. El problema con el adicto es que las ve y a los 3 minutos se olvidó".
“Hay una frase que decimos en los grupos de recuperación a los que yo voy :“Uno arranca la recuperación cuando se harta de estar harto y cuando reconoce la derrota”.
“Cuando yo dejé de consumir y comencé mi recuperación hace 17 años y medio; a mí me ayudaron a salvarme la vida. Lo único que me pedía esa gente que me ayudaba es que yo pasara el mensaje a otras personas para ir salvando otras vidas y contagiar a otras personas. Contagiar es una buena palabra, uno puede contagiar esperanza también”.
En este camino que emprendió hace 10 años de ayudar a otros a concientizar sobre el consumo de drogas, Pauls confiesa que ha recibido mensajes conmovedores: madres que lograron internar a sus hijos, jóvenes que celebran estar limpios tras meses de lucha, y hasta una foto reciente de un bebé de cuatro meses que simboliza la vida nueva de un chico que tres años atrás lo contactó en medio de una crisis, con un arma en la mano.
“Ese es el premio más hermoso. No se compara con ningún reconocimiento actoral”, admite.