Ya se presentaron las listas oficiales de precandidatos y en la escena política se observan las esquirlas que dejó la rosca de las últimas horas. Pero, estimado vecino lector: ¿usted tiene claro qué se vota en las próximas elecciones, y cuál es nuestro “menú” disponible?
En esta nota, intentaremos reflexionar acerca de lo que está en juego y cómo se viene gestando desde hace unos meses, con el afán de facilitarle la digestión ante el bombardeo de información al que estaremos expuestos en esta contienda electoral.
En primer lugar, no está de más recordar que el 12 de septiembre serán las primarias, y que el 14 de noviembre se realizará la elección general legislativa. Entonces, vamos por partes: lo primero en tener en cuenta es que el menú disponible cambiará hacia noviembre, según cómo se vayan definiendo las preferencias en las P.A.S.O.
En la provincia de Buenos Aires se pondrán en juego 23 bancas de senadores provinciales y 46 de diputados. De ese total, por la sexta sección electoral -a la que pertenece Tres Arroyos, y que se compone en total por 22 distritos- se renuevan 11 bancas de diputados, y no elegiremos senadores.
Actualmente, 4 diputados provinciales son de Tres Arroyos: el ultrakirchnerista e histórico Cuto Moreno, el massista Pablo Garate, la macrista y pro pura Laura Aprile, y la cambiemita Rosío Antinori.
De los tresarroyenses, sólo tienen chances de renovar su lugar en el recinto que da a calle 53, Moreno y Antinori.
En el caso de Cuto, sorpresivamente está tercero en la lista de diputados del Frente de Todos (el intendente de Monte Hermoso se quedó con el primer lugar gracias a su cercanía con el hijo de la Vicepresidenta); Antinori irá por la renovación en el cuarto lugar de la lista seccional de Juntos, aunque su banca no está asegurada ya que, después de horas de rosca, no se pudo evitar que la UCR presente su lista en la interna seccional.
A Garate, la ley lo impide de renovar su banca y se quedó corto para “dar el salto”. Por su parte, Aprile esta vez no tuvo el respaldo suficiente del espacio como para conservar su posición en la sexta.
El Peronismo: Garate lo hizo otra vez
Si bien Pablo Garate no renovará como legislador en ningún nivel, desde su entorno generan el eco de que le depararía un lugar cerca del ministro Katopodis. El tiempo dirá si este rumor es cierto, o implantado para conservar “status” político.
Lo que sí ha sido capaz de lograr, muy hábilmente, es el haber generado la lista de unidad dentro del peronismo local. Esta tarea no es para nada sencilla, teniendo en cuenta las presiones de la juventud de La Cámpora que se ha puesto al hombro la campaña de vacunación, y las acaloradas discusiones que se dieron en reiteradas ocasiones en la sede del Partido Justicialista, con la participación también de referentes sindicalistas.
Asimismo, nuevos sectores buscaban un espacio en la contienda: es el caso del frustrado contrapeso que se intentó a nivel local desde la línea de Berni, espacio que se fogoneaba desde otro espacio local buscando candidatos alternativos para seguir fragmentando los intentos de unidad.
A ello hay que sumarle las organizaciones y Frentes populares, como Movimiento Evita, Kolina, el Frente feminista de la ex candidata a intendente Mercedes Moreno y la Agrupación Eva Perón, la CCC, el MILES TTT, entre otros actores de peso dentro del peronismo (muchos de ellos que decidieron correrse, y otros, apoyar).
En medio de este panorama, se definió que la lista la encabezará Pity Federico, quien oportunamente dejara la banca como concejal para ser articulador del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación. Si Federico no le hace contraste desde su impronta popular hacia su aspiración final, que sería la intendencia del 2023, Garate podría intentar hacer más territorio los próximos dos años, con el apoyo de su hermano Martín desde el Concejo Deliberante, y desde la plataforma de “Todos” a nivel local.
El peronismo renueva este año 4 bancas (actualmente ocupadas por Andrea Montenegro, Tatiana Lescano, Sebastián Suhit, y el actual reemplazo de Federico, Pipo Pescader). Las cuatro primeras opciones en la lista del peronismo son, entonces: Julio “Pity” Federico, la arquitecta Paola Salerno, el titular de PAMI Facundo Elgart (La Cámpora) y Paola Acuña (Agrupación 23 de Mayo).
Juntos por el Cambio: ahora es “Juntos”, pero no en las listas. La novela de Ávila.
La coalición que pasó a llamarse “Juntos”, no logró ponerse de acuerdo para lanzar en las P.A.S.O. una lista única. De todos modos, el frente, que está compuesto por la UCR, el Pro, y la Coalición Cívica ARI, está de acuerdo en utilizar el “Sistema D’Hont” para la definición de la lista final: esto significa que se tendrán en cuenta los escaños obtenidos en cada uno de los espacios por separado, para luego reflejar la representatividad correspondiente en la lista de unidad que competirá en Noviembre.
La lista de la UCR: Gonzalo Cabrera, quien asumiera la Presidencia de los “boina blanca” recientemente, no perdió el tiempo, y una de las primeras decisiones que tomó, fue la de ir buscar al ex delegado de Claromecó, Carlos Ávila, para hacerle el convite al espacio, y ofrecerle ocupar el primer lugar en la lista.
Fuentes irrefutables confirman que la popularidad que esgrimía Carlos Ávila no sólo en la villa balnearia, sino también en Tres Arroyos, no era bien recibida en Av. Rivadavia 1, donde se generaban recelos y desaires que le complicaban (y le complicaron más de una vez) la gestión.
Esta información, que fue interpretada con astucia por el radicalismo local, motivó las reuniones que mantuvieron con el ex delegado, quien, lejos de haberse hastiado de la política, encontró una excusa para volver al juego respaldado desde el voto de la gente, teniendo la posibilidad de reafirmar su liderazgo desde un nuevo rol.
“A Ávila no hay que instalarlo, todo el mundo conoce su gestión”, comentan además desde la planta alta del municipio, mientras otros concejales refunfuñan que “era cantado” ya que Ávila siempre tuvo una buena relación con el espacio que ahora representa, y que, estando en gestión, ya los propios lo tildaban abiertamente de “traidor”.
Parece que al vecinalismo se le cumplió la profecía, y como en las relaciones de pareja que no funcionan, los “celos” terminaron por hacer que se decante hacia otra opción que sí confíe en él.
Lo cierto es que, a Ávila parece sentarle bien el color amarillo, y mientras en el movimiento vecinal quieren instalar la idea de que “no se le muerde la mano al que te da de comer”, la gente le hace llegar su apoyo.
Usufructuará de la popularidad del ex delegado la concejal Daiana De Grazia, quien renovará su banca y hoy es una de las referentes con mayor peso dentro del radicalismo local. Cristian Ruiz, pasará del Consejo Escolar a aspirar al Concejo Deliberante, ocupando el tercer puesto.
En cuanto a la lista del Pro, las definiciones fueron poco novedosas y hasta un tanto obvias. Tal como hicieran en las legislativas del 2017, el primero en la lista es la cara de un joven profesional, quien ocupó el cargo de gerente en ANSES: se trata de Juan Agustín Rossi.
El segundo lugar es para la docente y directora de la Escuela 7 Karina Gómez, y el tercero para el Dr. Rodrigo Curiman, quien es médico, se desempeña en el área de Terapia Intensiva del Hospital Pirovano y Clínica Hispano, y es entrenador de rugby juvenil en el TARHC.
Carolina Elisiri ocuparía el cuarto lugar, y Roberto Fabiano, también aspiraría a renovar su banca desde el quinto lugar.
A los lilitos de la Coalición Cívica ARI les faltó fuerza en lo local para verse representados de la misma manera que se pudieron instalar a nivel provincial.
Es que, quizás les hizo falta más tiempo y la pandemia no les hizo ningún favor para lograr trascender a nivel local. Tampoco buscaron, como sí lo hizo la UCR, algún nombre ya popular que pueda hacerle de puente a la hora de la territorialidad al senador Andrés De Leo, a quien se lo vio en reiteradas ocasiones manteniendo reuniones para estos fines.
La lista de los lilitos, quedó configurada de la siguiente manera: la politóloga María Cecilia del Águila, Hernán Torres, Lilian Moirano y Santiago Tubía. Como primer precandidata al concejo escolar se encuentra Maricel Pereyra.
Verticalismo y caras nuevas: el Movimiento Vecinal
El Movimiento Vecinal no se decidía por quién optar para encabezar la lista. O mejor dicho: los (pocos) decisores en el armado, no se decidían.
Muchos comentan haber escuchado decir de boca propia al actual Secretario de producción Matías Fhurer, en off ante la prensa, que tenía aspiraciones para volver al Concejo Deliberante. Sin embargo, sin mirar hacia dentro en sus filas militantes, y sin escuchar el pedido de los funcionarios interesados, en el MV decidieron buscar “por afuera” de la política, incorporando “caras nuevas”, como estila hacer siempre esta fuerza local.
Quizás el temor por los despachos principales de Av. Rivadavia 1 reside en “darle fuerza” a ciertas personas que luego no sean “obedientes”, tal como sucedió durante la gestión de Ávila. “El Movimiento Vecinal acostumbra a que todos los logros emanen de una sola figura”, dicen en el municipio, donde se castiga con destierro a quien resalta o quiera hacer política “sin permiso”.
Por esa línea de pensamiento y desde la dirigencia partidaria que mantiene un verticalismo total, vinieron las críticas a la hora de pensar en Marcelo León como candidato a primer concejal: hay quienes ven con recelo la posibilidad de que se vuelva popular y una amenaza futura al “statu quo” oficialista.
Lo que el vecinalismo no observa, es que han perdido la posibilidad de generar caras conocidas y respetables de construcción partidaria, por no ceder a las formas de obediencia y a la ponderación de los liderazgos masculinos a los que están tan apegados.
Concejales de renombre, apellidos históricos vecinalistas, y respetadas figuras masculinas y femeninas que han sido parte de sus nóminas han terminado por marcharse a causa del hastío de las formas del espacio, y si hoy se juntaran en una lista, serían una verdadera amenaza incluso para ellos mismos.
Preocupados por las posibles campañas de desprestigio, hay nombres que llegado diciembre, no volverían a formar parte del gabinete, pero que en este momento sacarlos, podría alterar las dinámicas en un año de elecciones.
Mientras tanto, siguen intentando convencer a vecinos para que firmen solicitudes de pavimento, por ejemplo, para lograr que se organicen y que accedan a pagar ellos mismos por obras que ya tienen planeadas realizar de antemano, en el marco de la campaña electoral.
En este contexto, la lista del vecinalismo quedó conformada de la siguiente manera: Marcelo León, como primer concejal. En el segundo puesto, la enfermera Claudia Diez. El tercero, para el abogado y miembro de la CGT local, Iván Ambrosius. El cuarto puesto para la psicóloga Daiana Otero y el quinto, para el martillero Nicolás Jensen.
La Izquierda: la ilusión de poder ser una alternativa
Por su lado, el Frente de Izquierda Unidad no desiste y se ven a sí mismos como los únicos capaces de ir con la verdad a denunciar los manejos de cada uno de los lados de la grieta. Buscan convertir el “estar afuera de la rosca” en una fortaleza, haciendo ver que con su independencia son quienes serán firmes a la hora de “hacer denuncias”. Así es en todos los niveles de gobierno.
En el nivel local, su referente máximo no vive en Tres Arroyos, y uno de los candidatos parece ser estudiante en La Plata, pero de todos modos buscan volver a tener un lugar en la escena política, aunque solo sea durante la campaña electoral.
Marcela Pascucci, hace la diferencia con su aporte en el espacio. Encabeza la nómina Gastón Domínguez, de Copetonas, quien se desempeña como albañil en la ciudad, seguido por Marcela Pascucci quien trabaja como psicóloga. En el concejo escolar será primer candidato Federico Garay, estudiante en la Universidad de La Plata.
A modo de conclusión
Es sabido que los votantes, en una elección legislativa como la de este año, se dan más permisos a la hora de elegir- apelan al “voto castigo” sin tanto temor al resultado.
En cierta medida, las elecciones de medio término configuran esa posibilidad del electorado para “aleccionar” a la clase política, y hacerles llegar el mensaje a cada uno de los espacios (en definitiva, lo que se arriesga, es un concejal más o menos en la planta alta de Rivadavia 1).
Dentro de lo que se puede ir pronosticando, se espera que nuevamente este sea un año de elecciones “de a tercios”, aunque alguna opción del menú podría darnos alguna sorpresa. Lo cierto es que, así como a nivel provincial y nacional, se espera ver cuáles serán las definiciones para saber cómo aspirar al 2023, en la ciudad de los trigales se puede ir esbozando este año qué podrá pasar en las ejecutivas, según los mensajes que se reciban a través de las urnas.
El menú, a decir verdad, y como suele suceder desde hace un tiempo, no es tan variado. Y como sucede bastante en la política, seguramente los comensales optaran por la opción que más se acerque al plato que tenían en mente, y por descarte. Mientras tanto, seguiremos observando de cerca qué más está pasando en nuestra pequeña cocina.
Alfonso Segret