Milagro en Azul: un agente penitenciario le salvó la vida a un compañero con RCP

En la Unidad 52 del Servicio Penitenciario Bonaerense un agente sufrió un síncope y dejó de respirar. Fue asistido por un compañero. La semana anterior hubo un curso de RCP.

Milagro en Azul: un agente penitenciario le salvó la vida a un compañero con RCP
Un penitenciario de Azul le salvó la vida a un compañero que había sufrido una descompensación

Un agente del Servicio Penitenciario Bonaerense que cumple funciones en una de las cárceles de Azul sufrió un síncope y dejó de respirar, y la reacción inmediata de un compañero que aplicó ejercicios de RCP (Reanimación Cardiopulmonar) le salvó la vida. Creer o reventar: habían recibido una capacitación una semana antes.

Todo sucedió el martes 9 de agosto en la Unidad 52 de la ciudad bonaerense de Azul, cuando Facundo Estanga, jefe de turno, asistió mediante prácticas de reanimación cardiopulmonar a Guillermo Chanfreau, un compañero que había dejado de respirar debido a un síncope.

Al relatar cómo fue el hecho que conmocionó a Azul, Facundo explicó que “estaba en el penal y escuché el ruido cuando Guillermo se desmayó. Estaba boca abajo y cuando lo di vuelta vi que estaba con la cara llena de sangre. Como no respiraba, la situación hacía pensar que era algo cardíaco, entonces le hice masajes cardíacos y las demás técnicas de reanimación cardio pulmonar. Estuvimos como 10 minutos y tuve miedo de que no reaccione. Cuando por suerte volvió en sí, mis compañeros Matías Scheffer y Franco Darino me ayudaron a llevarlo hasta la ambulancia”.

Un penitenciario de Azul le salvó la vida a un compañero que había sufrido una descompensación
Un penitenciario de Azul le salvó la vida a un compañero que había sufrido una descompensación

La víctima del síncope, ahora recuperado, explicó: “Ese día a la mañana estaba en la Unidad y de golpe empecé a transpirar y me fui a sentar. Sentí que me bajaba la presión y caí inconsciente. Después de que Facundo me dio primeros auxilios me ayudaron junto a otros compañeros para ir hasta la ambulancia”, detalló Guillermo quien después agregó que “por suerte los estudios están dando bien, ahora me van a colocar un holter para un monitoreo cardíaco”.

Mientras que Facundo prestó funciones en las unidades 38 de Sierra Chica y 7 de Azul antes de llegar a la Unidad 52, Guillermo trabajó también en la Unidad 7 hasta hace 18 años cuando ingresó de chofer a la Unidad 52. No es la primera oportunidad en la que Facundo debe aplicar sus conocimientos.

De hecho, cuando tenía sólo 10 años salvó la vida de su hermana. “La semana anterior la Cruz Roja había ofrecido un curso de primeros auxilios en la escuela rural a la que iba. Por suerte recordé todo y pude asistir a mi hermana que se había intoxicado con el gas de una estufa”.