Cientos de santiagueños caminan rumbo al santuario del Señor de los Milagros de Mailín

La festividad se realizará el próximo domingo en la localidad ubicada al sur de la capital santiagueña.

Cientos de santiagueños caminan rumbo al santuario del Señor de los Milagros de Mailín
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Cientos de peregrinos se dirigen caminando al santuario del Señor de los Milagros de Mailín para participar el próximo domingo de las festividades religiosas en esa población, ubicada 170 kilómetros al sur de la capital de Santiago del Estero.

En la denominada "fiesta chica" y tras la celebración de la misa central, se realizará la tradicional procesión que concluirá en la parroquia Mailín, con la participación de contingentes de provincias argentinas, en su mayoría del noroeste, y de países limítrofes.

Más de 200 policías estarán afectados a un operativo de seguridad y prevención dispuesto por la Jefatura de Policía de Santiago del Estero para estas festividades. Las fuerzas de seguridad realizarán intensos operativos de tránsito tendientes a evitar accidentes.

El santuario de la milagrosa imagen se encuentra ubicado en la Villa Mailín, pequeña población de 500 habitantes del departamento Avellaneda, a la que se llega por la ruta nacional 34.

Historia

La historia indica que Mailín, nombre de origen quichua, surgió de documentos que datan de 1615 y su traducción indica "estanque con manantial", proveniente de la tribu de Los Vilelas.

Desde el año 1882 la devoción por la imagen de Mailín fue creciendo en forma notoria a partir del relato del anciano Juan Serrano, que en noches sucesivas observó una luz al pie de un árbol, ubicado actualmente a pocos metros del santuario.

Llevado por su curiosidad y acompañado por otros pobladores, Serrano fue al lugar y encontró que aquella luz fulgurante que rodeaba el añoso algarrobo era la de un Cristo crucificado. Durante varios días Serrano y sus ocasionales acompañantes intentaron infructuosamente arrancar la cruz que se encontraba incrustada en un hueco del algarrobo.

La cruz recién pudo ser retirada en 1968 por decisión del presbítero Laureano Verez, quien certificó por escrito la versión del anciano y permitió el traslado de la imagen a una humilde vivienda, que hoy se utiliza para alojar a centenares de peregrinos.