El caso de la anestesista tucumana que difundió fotos de sus pacientes desnudos continúa dando que hablar. Información reciente reveló que la mujer que prestaba servicios en Añatuya había sido expulsada en 2011 del colegio que la nuclea en Tucumán, por graves faltas de ética.
Así trascendió de esferas cercanas a Alberto Carpio Valero, presidente de la Asociación Tucumana de Anestesiología, Analgesia y Reanimación.
Todo salió a la luz por la denuncia de una integrante de un grupo de WhatsApp donde la mujer enviaba fotos de pacientes dormidos antes de ser intervenidos en Quirófanos de Añatuya o Las Termas, donde se desempeñaba antes de ser suspendida por autoridades del Ministerio de Salud.
No se descartan medidas más duras que lleguen hasta la pérdida de la matrícula.
Administrativamente, la profesional enfrenta un sumario penal que sí o sí demandará su testimonio o descargo. Hoy arribaría hoy a la ciudad Capital, a fin de preparar una estrategia para enfrentar las dos tormentas: la administrativa y la penal.
Pese al hermetismo en el que es edificado el proceso, se sabe que la profesional tiene un plazo para hacer su descargo.
El mismo sería por escrito y verbal, o bien puede perder sendas funciones en las ciudades de Añatuya y Las Termas.
