Ya pasó una semana del crimen de Alicia Arzadum, la abogada santafesina asesinada de un disparo en el cuello. Si bien todavía restan los resultados de un peritaje, las principales hipótesis apuntan al entorno familiar de la víctima.
Concretamente, ese peritaje de la Policía de Investigaciones (PDI) se realiza sobre el celular de la hija de la víctima, quien fue puesta bajo la lupa luego de que una serie de pruebas contradijeron.
Esta mujer, que fue quien llevó a su madre al hospital José María Cullen, declaró que su madre había sido ejecutada por un hombre que se acercó hasta su auto –un Volkswagen Suran- y le disparó en la cabeza.
Sin embargo la autopsia reveló que el impacto de bala había ingresado por la parte de atrás del cuello y se había incrustado en uno de sus pómulos cercano al ojo derecho, algo que no coincidiría el relato de la hija.
Pero además esta joven dio versiones distintas cuando declaró en el Centro Territorial de Denuncias, otro a la PDI y posteriormente dio una versión distinta en Fiscalía. Esto abrió la posibilidad de que la mujer podría haber sido ejecutada desde el asiento trasero del automóvil o desde otra posición distinta a la del supuesto sicario.
Es por eso que los investigadores deberán realizar un nuevo estudio sobre el vidrio del lado del acompañante del auto, para determinar cómo fue el estallido, tras el presunto disparo de arma de fuego, según consignó Uno de Santa Fe.
No obstante hubo un error clave de parte de los investigadores que fue no haberle hecho un examen de dermotest en el momento.
