Aunque la decisión generó un inmediato rechazo del sector mercantil, desde el Gobierno de Santa Fe están más cerca de extender la restricción horaria comercial que se definió en el Gran Rosario hacia otras zonas de la provincia, que de dar marcha atrás con la implementación que entró en vigencia el sábado.
"Son las medidas más leves que podemos tomar ante la posibilidad de un aislamiento masivo", expresó este lunes el ministro de Gestión Pública de Santa Fe, Rubén Michlig, buscando fundamentar el decreto firmado por el gobernador Omar Perotti que pone el horario de las 19.30 como límite para la atención al público en el interior de los locales comerciales de todos lo rubros.
Michlig planteó que "no están en discusión las dificultades que esta decisión genera", aunque lejos de dar marcha atrás con la medida, anticipó que "es muy factible que las restricciones se impongan para más regiones en las provincia".
Las declaraciones del ministro de Gestión Pública se conocieron en la previa de una reunión en la que funcionarios del gabinete de Perotti, recibirán a representantes gastronómicos, de los más afectados por la limitación horaria, quienes además dijeron haberse enterado por los medios de las implementación del decreto el mismo viernes en que se hizo el anuncio oficial.
Los referentes de los bares y restaurantes anticiparon además la presentación de un amparo colectivo ante la Justicia para buscar suspender la prerrogativa que en principio se estipuló por 14 días desde el sábado.