Tras la polémica que se desató por la autorización del Gobierno Nacional para el ingreso de durazno enlatado desde China, los diputados nacionales por Mendoza, Federico Zamarbide y Omar De Marchi, presentaron un proyecto para que se restrinja la importación de duraznos industrializados y no compita de manera desleal con la producción local.
La iniciativa plantea que tal restricción se mantenga hasta que se constituya una mesa de diálogo en la que estén representados todos los actores de la cadena productiva. El objetivo es elaborar un plan consistente y sustentable relativo a la política de comercio exterior del sector.
Entre los fundamentos que exponen los diputados en el proyecto de resolución presentado el lunes está el perjuicio para las economías regionales que genera que una empresa mendocina importe estos productos de otro país, siendo que Mendoza se caracteriza por la fortaleza de su producción de durazno de industria.
Seguidamente, los legisladores de Juntos por el Cambio plantearon lo absurdo de la política económica que hace muy complicado importar maquinaria para la producción, como bienes de capital, pero sí facilita las gestiones para que se puedan importar productos finales que en muchos casos son fomentados mediante prácticas de dumping.
Además, indicaron que la industria conservera argentina tiene una fuerte presencia en el mundo y en el caso de los duraznos en mitades comunes, se producen en su totalidad en Mendoza, con una calidad reconocida internacionalmente por su sabor, tamaño y consistencia.
“La cadena productiva de duraznos mendocinos abarca tanto al sector primario como al industrial, y alcanza a 7 mil hectáreas de frutales con una producción anual que oscila entre 100.000 y 150.000 toneladas anuales. Más aún, esta industria genera puestos de trabajo en 27 plantas industriales y casi mil productores en toda la provincia, a los que se suman entre 1.515 y 3.536 familias en empleo temporario para tareas de poda, raleo y cosecha, entre otras”, enumeraron.
Zamarbide y De Marchi remarcaron que los duraznos argentinos no sólo son un alimento de consumo masivo en el país (que incluso están en el programa Precios Cuidados), sino que además se exportan a los países limítrofes con una cadena competitiva y una producción agroindustrial que muchas empresas locales se han esforzado por mantener y crecer, sobreviviendo a las diversas crisis macroeconómicas que atraviesa Argentina.