La inyección económica que representa para los nicoleños el movimiento por el aniversario de la Virgen del Rosario se vio trunca este año por causa del paro. A ello hay que sumarle las obras en el microcentro que si bien van a contribuir a descongestionar las dos arterias principales, hoy complican el tránsito y obligan a esquivar la zona esencialmente comercial.
El malestar entre propietarios e inquilinos es generalizado y muchos locales optaron por cerrar sus puertas asfixiados por las deudas y una notoria baja en las ventas.
De hecho, para el rubro indumentaria el porcentaje de retracción alcanza el 30%. "Yo vendo la mitad de lo que vendía en enero", confió el dueño de una zapatería céntrica, esperando un repunte para el Día de la Madre. La mayoría coincide en que no hay gente en la calle y que "puede mejorar cuando terminen los trabajos de puesta en valor". Tal como anunciaron hace poco menos de un mes, estiman la finalización de obra recién para mediados de 2019.
El comentario generalizado es que "la gente no tiene un mango, y lo que tiene lo usa para los gastos que son imprescindibles". Incluso dejaron entrever que ni las fechas especiales hoy generan el movimiento de otros años. "Esperemos que el Día de la Madre funcione un poco mejor que lo que fue el Día del Niño y el Día del Padre, que estuvieron muy flojos", lanzó por su parte Oscar, propietario de un local de ropa unisex.
"No aguantamos más. Estamos sacando plata de todos lados, pidiendo prestado para seguir vivos", habían manifestado en diálogo con Vía San Nicolás, e incluso elevaron en conjunto una nota a la intendencia para hacer frente a la crisis, todavía sin respuestas.