Nicolás Dominé fue la quinta víctima confirmada por estreptococo. Tenía 40 años, era oriundo de Pergamino y se desempeñaba como operador turístico. Su inesperado fallecimiento este martes encendió la alarma entre millones de argentinos que pensaban que la bacteria sólo afectaba a los más pequeños.
Había ingresado durante el fin de semana a un sanatorio privado por un cuadro de neumonía que evolucionó a sepsis y en menos de 48 horas le provocó la muerte.
El virus se detectó en un hemocultivo posterior y advirtieron sobre su rápido desarrollo. "Es llamativa la premura con la que empeoró y, si bien es una bacteria muy conocida, tiene mucha capacidad tóxica dependiendo de las características del huésped. La edad no es un motivo, pero cuando hay menores involucrados existen mayores riesgos", apuntaron desde la cartera de Salud local y se insistió en que "hay que seguir de cerca lo que pasa en los distintos efectores".
El último adiós
El caso tuvo una amplia repercusión a nivel país, e incluso la empresa para la cual trabajaba cerró ese día por duelo. Inicialmente fueron sus propios familiares y amigos quienes se volcaron a las redes para despedirlo y después se sumaron algunos compañeros de viaje que hasta se animaron a compartir anécdotas o simplemente acompañar con un mensaje afectuoso.
"Nicolás excelente persona, no lo puedo creer", "No tengo palabras. Viajé con él a Perú en 2017. Tristeza enorme" y "Gran persona, sobrino del corazón", escribieron.
Desde el entono familiar, Mariana Dominé, prima y amiga, colgó una foto en Facebook y lo recordó como a él tanto le hubiera gustado: "Me quedo con tu honradez, solidaridad y confianza puesta en mi proyecto, siempre estarás presente. TOUR EUSKAL HERRIA 2018".
Dominé y su mujer, Laura Caturla, llevaban más de diez años juntos. Tenían dos pequeños hijos y amaban viajar. Antes de ser padres recorrieron gran parte del viejo continente, siempre con la promesa de volver.