La rápida intervención de bomberos evitó lo que podría haber sido una terrible tragedia. Un nene de cinco años quedó al borde del precipicio y debieron desplegar la escalera mecánica para llegar hasta él e impedir que se cayera.
Todo ocurrió en cuestión de segundos. El menor estaba jugando en el balcón de su casa, cuando trastabilló y una de sus piernas quedó literalmente "enganchada" entre los hierros.
Según detallaron fuentes policiales, la madre estaba adentro y un presunto descuido habría sido el desencadenante de este casi fatal episodio. Ocurrió durante la tarde del martes en inmediaciones de calles Francia y García Reynoso, en el sexto piso de uno de los tres monoblocks de la zona norte que lindan con el Cementerio Municipal.
Al arribo de la policía, la situación ya había sido controlada. El pequeño resultó ileso.