Jésica Garfagnoli, la joven de 30 años que apuñaló el pasado viernes a su madre en la pierna y luego intentó suicidarse, quedó en libertad tras haber permanecido internada casi una semana en el Hospital San Felipe.
Presentaba un severo cuadro depresivo fagocitado por el asesinato de su hermano mayor Mauro Garfagnoli a manos de una oficial de la Policía Local y por el consumo de drogas y alcohol. Según Flash 24, quedó imputada por lesiones leves.
Se supo que Garfagnoli viajó después a Fighiera, donde tiene otros familiares, y que sus tres hijos de 8, 10 y 14 años quedaron al cuidado de la abuela en barrio San Francisco. Resta esperar que la Justicia resuelva la cuestión de la tenencia.