Este 19 de julio de 2022 se cumplen exactamente 5 años desde la desaparición de Lucas Sebastián Bolotti en Papagayos, una localidad del noreste de San Luis. La investigación de su caso prácticamente nunca avanzó, pero su familia sigue en su búsqueda con más fuerzas que nunca y pide por su aparición.
Era un miércoles más, en plenas vacaciones de invierno. Sin imaginarlo, aquel 19 de julio de 2017 fue el día que cambió la vida de Lucas y su familia para siempre.
El joven tenía 24 años en ese momento. Sin embargo, a causa de su retraso madurativo, su mentalidad era la de un niño de 3 o 4 años. Junto a su mamá, Estela Vicondoa, y su padrastro, Víctor Kravetz, habían llegado a San Luis desde General Rodríguez, Buenos Aires.
Estaban en el paraje El Recuerdo cuando todo ocurrió. Allí, la pareja de docentes estaba construyendo su casa, quizás en búsqueda de un poco de la tranquilidad que caracteriza a esa zona del noreste puntano.
Pero, lejos de eso, el lugar que les quitó la calma y también a Lucas.
La última vez que lo vieron estaba jugando con sus autitos. Desde que advirtieron la ausencia, tuvieron la certeza de que alguien se lo había llevado. Desde un primer momento, Estela dejó en claro que el joven no tenía la “picardía” ni la capacidad para escaparse por sus propios medios.
Pero las tareas de la Policía no se orientaron como ellos lo pedían. Pensaron que podía estar extraviado o deambulando por ahí. Cada minuto fue clave y hoy la familia es la que más sufre las consecuencias de la inoperancia.
“Necesito su sonrisa para vivir, que me pelee, que me haga unos mates asquerosos y sobrepasados de azúcar. Él necesita reírse de eso, ver Cars en la tele y jugar con sus compañeros de granja”, escribía en agosto de aquel trágico 2017 una de sus hermanas, Melina Bolotti.
Con el paso del tiempo surgieron llamados y datos que despertaban la esperanza de sus seres queridos. Una mujer dijo haberlo visto en Córdoba, mientras que otros dos hombres dijeron cruzárselo junto a alguien en un micro de larga distancia.
La corazonada más fuerte los llevó a Uruguay, donde compartieron la imagen de un chico con características similares a las Lucas. Pero más tarde todo fue desestimado.
Así, en numerosas ocasiones el tan ansiado regreso se fue postergando. En 2020, las autoridades dispusieron la conformación de una división especial para profundizar la investigación. Lo más reciente fue el mes pasado, cuando Nación propuso una recompensa de $1.500.000.
Hoy Lucas tiene 29 años, los últimos cinco los pasó lejos de casa y de quienes lo aman. Actualmente, muy poco se sabe acerca de qué pasó con él. Cinco años después, su familia tiene derecho a que se haga justicia, dar con los responsables y saber qué pasó con el joven.
Fuente: El Chorrillero