A 20 años de la Crisis de 2001, cabe rememorar una anécdota un tanto llamativa acerca del breve mandato presidencial de Adolfo Rodríguez Saá. Aquel año, un 23 de diciembre, tras el escape en helicóptero de De la Rúa de Casa Rosada, el abogado y político puntano asumió su interinato en un país que se venía a pique.
Después de ejercer 18 años consecutivos la gobernación de la Provincia de San Luis, Rodríguez Saá asumió con muy poco apoyo del peronismo, partido al que pertenecía. En un clima tenso, tras la aplicación del “Corralito” y la declaración del Estado de sitio, quiso perpetuarse en el poder.
Pero sus días como Presidente de la Nación no fueron muy felices. En la semana que duró su mandato, no pudo torcer ni siquiera un poco el rumbo de un país que atravesaba una de las crisis económicas y sociales más grandes de su historia.
¿Qué pasó el día de la renuncia?
El hecho en cuestión se produjo el 29 de diciembre de 2001, cuando convocó a una reunión a los 14 gobernadores peronistas del país en la Residencia Presidencial de Chapadmalal. El fin era buscar un entendimiento que le permitiera continuar en la presidencia, ya sin posibilidad de impedir las elecciones anticipadas.
Tenía un objetivo claro, continuar en el poder. Sin embargo, de los gobernadores citados sólo asistieron 6.
Al momento de la fallida reunión, afuera se producían multitudinarias protestas y la custodia del presidente no se encontraba presente. El día anterior se habían reactivado a nivel nacional los “Cacerolazos” de las personas que no aguantaban más la situación nacional.
De acuerdo con algunos comentarios hechos por los presentes en dicha reunión, Rodríguez Saá se mostró agresivo en aquel momento y afirmó “haber cambiado al país” en los solo 6 días que llevaba en el gobierno, exigiendo el apoyo de los gobernadores para continuar con su gestión.
Mientras se producía la reunión, el entonces jefe de la custodia presidencial informó a Rodríguez Saá de que una multitud de manifestantes se estaba reuniendo afuera del edificio y que estaban intentando forzar la puerta, mientras cada vez arribaba más gente. Aseguró que “no se podía garantizar” la seguridad del Presidente.
Rodríguez Saá, entonces, ordenó que prepararan un vehículo para que pudiera retirarse al aeropuerto y, exclamando que la situación era insostenible, informó que se retiraba a San Luis en medio de una crisis nerviosa.
Duhalde, quien estaba presente allí, subió al primer piso con el presidente para resguardarse. Él comentaría más adelante que, tras enterarse de una posible pueblada sobre Chapadmalal, Rodríguez Saá sufrió un ataque de pánico, se encerró en el primer piso y se acostó en posición fetal en una cama del recinto, afirmando que querían asesinarlo.
De acuerdo con el relato de Ruckauf, otro de los gobernadores presentes, el jefe del personal de custodia le había informado que afuera solo había 10 personas, máximo, no una manifestación; y que estos en realidad ignoraban que el Presidente se encontrara en el complejo. En realidad, eran trabajadores hoteleros que querían hablar con Scioli, entonces Secretario de Turismo.
De todas formas, Rodríguez Saá, tras reponerse del ataque de pánico, se habría retirado del recinto sin comprobarlo.
Entonces, el automóvil que llevaba a Adolfo Rodríguez Saá salió del complejo de Chapadmalal por la puerta trasera, donde no había nadie y lo trasladó hasta el Aeropuerto de Mar del Plata. Desde allí partió a San Luis.
Una vez en su provincia natal, dio una conferencia de prensa en la que presentó su renuncia indeclinable. La misma se hizo efectiva a las 23 horas del 30 de diciembre.
Rodríguez Saá, en su presentación, defendió su corto período en el cargo y acusó a múltiples dirigentes, en particular a De la Sota, como responsables del fracaso de su mandato. En ese momento, había afirmado que habían antepuesto intereses partidarios antes que el bienestar del país.
Fuente: Wikipedia.