El encierro no impide que las personas se amen, es así que en el día de los enamorados dos parejas que están privadas de su libertad en el Servicio Penitenciario de San Luis, se casaron para toda la vida.
El aislamiento no fue un impedimento para Diego y Carla, ni para Jorge y Eva que el jueves se unieron en matrimonio en la Penitenciaría Provincial. Los primeros en cumplir con el rito tradicional fueron Diego Silva de 25 años y Carla Carrizo de 31, quienes están en pareja desde hace seis años y por una mala decisión que tomaron juntos, terminaron procesados y tras las rejas con prisión preventiva. Aun esperan que se eleve su causa a juicio.
A pesar de ser internos en la misma cárcel solo podían verse de vez en cuando, ya que al compartir la misma causa judicial, eventualmente el abogado de ambos podía juntarlos para conversar sobre el expediente.
El director del Servicio Penitenciario, Segundo Gimenes, explicó que: "Ahora que están casados tendrán derecho a tener visitas privadas y por eso en casos como estos nosotros los motivamos para que den ese paso legal, porque incluso hasta los puede ayudar a cambiar de vida".
"Estamos muy contentos por habernos casado, porque además hacía tiempo que lo veníamos esperando y por suerte se dio. Es un día muy lindo porque además es una fecha muy especial. Sé que las idas y las vueltas de la vida nos trajeron hasta este lugar pero nos amamos mucho y estamos muy bien a pesar de eso", dijo la novia vestida de blanco con un ramo de flores rosas en sus manos. Además contó que la "fecha nos tocó de casualidad, la verdad es que no la pedimos" y sobre sus sueños cuando recuperen la libertad dijo, que quiere "cambiar de vida, poder trabajar y estar bien con nuestras familias y con nuestros futuros hijos; porque queremos tener una familia bien grande".
El novio estaba tan emocionado que apenas podía articular palabra: "Estoy muy contento y feliz porque es un día especial y porque era algo que estábamos buscando y ahora lo tenemos. Desde el primer día que nos conocimos nos fuimos a vivir juntos". Y cuando la emoción lo atrapó, repitió "siempre para adelante y con muchos proyectos".
Después que la jueza de Paz, Shadia Ross Said, dijo "el novio ya puede besar a la novia", los dos se fundieron en un abrazo y sus compañeros de pabellón los aplaudieron y se quedaron con ellos para festejar con gaseosas y bocaditos.
La otra historia de amor es la de Jorge Nievas, de 49 años, que está detenido en el pabellón de encausados porque su expediente aún está en la etapa de instrucción y Eva Isabel García, de 45, está en libertad, ya que ambos hace años que están en pareja y tienen hijos en común.
"La fecha fue elegida especialmente para que fuera el Día de los Enamorados y el turno lo saqué yo solo", dijo Nievas a El Diario de la República y admitió que "éste no era el lugar que habíamos pensado para nuestro casamiento. Pero acá tenía mucho tiempo perdido y por eso le dije a mi mujer que lo hagamos ahora, porque era un buen momento para dar el sí". Y anticipó que "cuando recupere la libertad vamos a pasar por la iglesia también". Pero Jorge dijo que "para la luna de miel habrá que esperar. Si Dios quiere y podemos..., un viaje vamos a hacer".
La novia lucía un vestido plateado y en sus manos rodeaba nerviosa un ramo de flores. Contó que "hace quince años que nos conocemos y siete que estábamos conviviendo. Siento que éste es un paso muy importante porque ahora ya estamos casados". A diferencia del otro casamiento, en este estaban los padres, hermanos e hijos de los dos, además de varios amigos. El hombre, para finalizar la entrevista dijo que: "Éste es el mejor regalo que le hice a mi esposa y también a mis hijos, elegir el Día de los Enamorados para casarnos y en una cárcel. Creo que más romántico no se puede ser". Y ella no quedó atrás: "Yo lo volvería a elegir, sin dudas".
El director del Registro Civil, David Contreras, cuando terminó la ceremonia señaló que "habitualmente venimos a la Penitenciaría pero a confeccionar documentos porque algunas personas privadas de su libertad no tienen su documentación actualizada y por eso le facilitamos ese trámite. Pero a partir del año pasado estamos trabajando muy bien con el Servicio Penitenciario y a medida que nos solicitan que vengamos para celebrar algún matrimonio, lo hacemos".
Destacó ademas que "ya tenemos cierta regularidad para concretar casamientos en este lugar" y aclaró que "aunque estas personas estén privadas de su libertad tienen derecho a celebrar su matrimonio y no existe ningún impedimento legal para que el Registro concrete el trámite administrativo que corresponde".