El martes por la tarde feministas autoconvocadas de San Luis difundieron un comunicado en el que denunciaron y detallaron los hechos de violencia ocurridos el domingo pasado en el 33º Encuentro Nacional de Mujeres, en Trelew. Siete mujeres, tres de ellas puntanas, aseguraron que fueron detenidas maltratadas, insultadas y golpeadas por la Policía.
"Al finalizar la marcha nos separamos en una columna en dirección a la Iglesia de la ciudad. Al no poder llegar a la misma quedamos concentradas, junto a otras mujeres, en la esquina de Rivadavia y San Martín, frente a la Municipalidad (de Trelew) y la Librería-Santería Jardín de Belén (dependiente de la Parroquia María Auxiloadora)" explicaron en el comunicado.
Luego relataron que mientras los integrantes de la fuerza lanzaban balas de goma y reprimían a todos los que estaban allí, las puntanas Laura Navarro, Martina De Castelli y Ornella Mastronardi y otras cuatro mujeres fueron detenidas y trasladas por la Policía a un lugar desconocido para ellas y sin posibilidad de comunicarse con el exterior.
Según el reclamo de la colectiva feminista, a las manifestantes las detuvieron Policías hombres, uniformados, sin identificación y las trasladaron a lo que describieron como un cuartel de bomberos, donde afirmaron que fueron golpeadas, insultadas, amenazadas y roseadas matafuegos en sus rostros.
Detallaron que en ningún momento se les informó dónde ni por qué estaban allí y que luego de un rato las subieron a una camioneta apiladas una sobre la otra mientras los Policías se sentaban sobre ellas.
Hasta las 2:30 de la madrugada del lunes, que fueron liberadas, no se les permitió comunicarse con el exterior para indicar dónde estaban, a la vez que se les negó llamar a un abogado. Ese mismo día las siete mujeres se presentaron en la Justicia para denunciar los sucesos de la noche anterior.
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"Repudiamos una vez más a este sistema patriarcal que, contenido por sus distintas instituciones, nos oprime, nos denigra y nos criminaliza. La caracterización de las compañeras como violentas y responsables de los sucesos es una herramienta de naturalización de la violencia institucional que viene en crecimiento en estos últimos años. La Justicia, el mal Gobierno, las fuerzas de seguridad y la Iglesia Católica son cómplices y responsables. Pero acá estamos, con más fuerza y convicción que antes, decididas a seguir organizándonos... porque no se va a caer, lo vamos a tirar", concluyó el comunicado.