Cynthia Escudero es dueña de un complejo recreativo, en la avenida Juan Gilberto Funes 586, de la ciudad de San Luis, harta de la situación de inseguridad, y la falta de Justicia, que le ha tocado vivir en los últimos meses decidió denunciar a través de los medios de comunicación. En los últimos dos meses le robaron ocho veces.
El lunes por la mañana Escudero recibió la noticia que colmó el vaso, otra vez habían entrado a robar, durante la madrugada, a su local. Rompieron una puerta y se robaron bebidas.
"Han entrado a la madrugada y me han forzado una puerta trasera de chapa", contó Cynthia a El Diario de la República, mientras recorría las instalaciones de "Funplay", un predio que cuenta con una piscina, canchas de pádel y fútbol, además de un salón para eventos. La parte trasera del complejo limita con el barrio Matías Mercado.
Entre la noche del domingo y las primeras horas del lunes, los ladrones se llevaron todas las bebidas que encontraron. El perjuicio causado por los sucesivos robos es cuantioso y, además, se le suma todo lo que se han ido llevando, dice la joven. Ella mostró la abertura que quedó retorcida debido a que los delincuentes le hicieron palanca con una barreta para vencer la resistencia y entrar a robar lo que encontraran. La nueva inversión de la propietaria, que hace tres años administra el negocio, fue una puerta de aluminio blanco que le instalaron tras el último robo.
"Me han robado de todo, desde la máquina de cortar fiambre, hasta utensilios de la cocina, bebidas, televisores, una escalera, una amoladora, muchas herramientas que teníamos para hacer el mantenimiento de las instalaciones", repasó Cynthia y agregó que "es una zona liberada".
El primer ladrón que atacó las instalaciones quedó grabado por una cámara de seguridad que estaba instalada en el salón, justo arriba del sitio donde fue a sacar un bafle. Con mochila y una gorra con la visera hacia atrás, el delincuente, un muchacho morocho, de alrededor de 20 años, fue filmado mientras desconectaba el aparato. Pero hasta ahora no han dado con él.
En los ataques posteriores, a Cynthia le fue peor porque los intrusos, además de robar, le rompieron las cámaras de seguridad. Y, en una ocasión, "me sacaron la alarma del techo para que no sonara", concluyó.