Una joven mamá sanjuanina con albinismo contó la lucha contra la discriminación que lleva adelante desde que es niña. En una nota con Diario de Cuyo, contó que desde pequeña recibió apodos y burlas y, como consecuencia de esa traumática situación, hasta les llegó a preguntar a sus padres si era adoptada. “Todos me preguntaban porqué no me parecía a mis hermanos. Había mucho desconocimiento en la gente y hasta el día de hoy es así. Hay que terminar con eso”, expresó María Luz Ozollo, la protagonista.
Hoy de 35 años, la chica contó que cuando nació nadie la diagnosticó con albiniso. Recién de joven le realizaron unos estudios porque pensaban que tenía Leucemia, debido a los moretones que le había provocado su sensible capilaridad. “Me diagnosticaron en Mendoza, allí me hicieron estimulación visual hasta los 14 años. Había mucho desconocimiento. Ya nos imaginábamos porque tenía las cejas, las pestañas, el color de pelo, un movimiento involuntario del ojo que se llama nistalmus, además de estrabismo porque se me desviaba un ojo. También
hipermetropía y astigmatismo”, comentó.
En este contexto, confesó que la discriminación fue un tema clave en su niñez debido a su condición. “En la escuela me hacían burla y me ponían apodos, me decían “fantasma”, me preguntaban si me golpeaban porque tenía los ojos rojos. Hasta el día de hoy me siento observada pero no me incomoda para nada”. Esa situación generó que un día, enojada por las burlas que recibía, les preguntó a sus papás si era adoptada: “Todo el mundo me decía vos sos rubia tus hermanos morochos, nada que ver´, fue todo un tema y mis papás me explicaron porque yo era así”.
Hoy María Luz trabaja como inspectora de Bromatología y lleva adelante la organización “Albi San Juan”, que tiene como objetivo poder impulsar una “Ley de Albinismo”. “Que nos digan “Payos” no es un insulto, no molesta. Cuando era chica si, pero me molesta que te hagan burla sobre la baja visión que realmente es un problema serio. Por eso creo que no nos molesta la discriminación, molesta la falta de conocimiento de la gente”.
Según la joven, hay mucha gente no quiere reconocer su albinismo y el hecho de no tratarse puede ocasionarles problemas a futuro: “La gente cree que somos rubios y no es así, no tienen idea de todo lo que hay detrás. Hay gente que no sabe que es albina y no se hace tratar. Hay que sacar el mito de que esto es algo malo, que no ´traemos mala suerte´ como todos dicen. Hay padres a los que les molesta reconocer que tienen hijos albinos”.