A 20 años de la crisis del 2001: cómo fue vivir el día a día perdiendo sueños

En San Juan también hubo saqueos y momentos de máxima tensión. Muchísimos perdieron su trabajo y pasaron el peor momento de sus vidas. En esta nota, algunos recuerdos de aquella fatídica fecha.

A 20 años de la crisis del 2001: cómo fue vivir el día a día perdiendo sueños
En San Juan hubo saqueos y disturbios en distintos puntos aquellos 19 y 20 de diciembre.

Este lunes se cumplieron 20 años de aquel triste 20 de diciembre del 2001. Argentina estallaba en una de sus peores crisis institucionales, económicas y sociales de su historia. En la provincia de San Juan el coletazo nacional tuvo sus consecuencias: hubo saqueos, 35 detenidos, un saldo de 11 heridos con balas de goma y gases lacrimógenos y policías golpeados. Además, a los empleados estatales se les llegó a deber cuatro meses de salarios.

Los epicentros de mayor tensión social se generaron en la sucursal de Rawson del supermercado Átomo y también en el Hiper Libertad. En el primero, los manifestantes lograron ingresar y arrasaron con todo lo que tenían a su paso, mientras que en el segundo se llevó a cabo un gran operativo policial comandado por el ex ministro de Gobierno sanjuanino, Rodolfo Colombo.

La situación fue muy crítica para todos. Mónica Scarpitta es una sanjuanina que en el 2001 era dueña de un negocio. Afortunadamente a ella no la agarró el “corralito” porque su prima trabajaba en una financiera donde ella tenía un plazo fijo, por lo que pudo sacar el dinero a tiempo. Sin embargo, recuerda aquellos momentos como muy duros: “Todos los días aumentaban los comestibles. Yo todos los días tenía que remarcar lo que vendía en el negocio. Una semana entera tuvimos que cerrar por el desfasaje de precios, para resguardar lo que teníamos. Cerramos para aguantar el desastre que fue ese año”.

“Después de ahí, quedamos endeudados con cheques que habíamos librado para el pago de mercadería. Esas deudas las tomaron estudios de abogados y las pude pagar en cuotas y saneé eso en el tiempo. Fue terrible. De igual manera, los ahorros que me devolvieron no fueron el 100%, sino el 85%. Entre perder todo y que me dieran eso, era preferible que me dieran lo que tenían”, relató.

Juan Carlos Caballero tenía 42 años en aquel momento, trabajaba de remisero y tenía un auto 0km que acababa de adquirir luego de mucho esfuerzo. Una noche, el chofer que tenía en ese momento chocó su remís con pasajeros. Iba ebrio. Tuvo que vender todo para poder pagar los perjuicios provocados por ese hombre y se quedó sin trabajo. “Había plata para una sola comida por día. No me podía hacer cargo de la educación de mis hijos. Todos en la casa tuvieron que hacer algo”, se lamentó.

“Recuerdo las colas que teníamos que hacer para comprar suelto. Vendimos toda la platería, todo el oro, todo lo que había en la casa. Salía a buscar trabajo en bicicleta todos los días desde las 8 de la mañana hasta la noche. Finalmente pude conseguir un trabajo como operador en una remisera y poco a poco fuimos mejorando. El 2001 fue tiempo de una comida por día en la casa y pobreza”, sostuvo Juan Carlos.

Víctor Bazán recuerda que fueron momentos muy drásticos en su vida. Estaba dando los primeros pasos en la universidad, recién salido del secundario y su padre se había quedado desempleado. “Fueron situaciones muy extremas. Yo vivía en Buenos Aires, en Banfield. Mis padres son sanjuaninos y al tiempo volvimos a San Juan. Recuerdo que los vecinos se quedaban haciendo guardias en sus casas toda la noche por los saqueos. Fue terrible. Una situación muy triste, muy complicada”.