Es chileno pero desde hace 30 años vive en San Juan. Trabajó en una cuadrilla de cebolla y hasta manejó por años un montacarga, pero su cuerpo le dijo basta y tuvo que dejar su oficio. Sin familia, sin ayuda y sin fuerzas para ganarse la vida, tuvo que vivir por un tiempo en un auto abandonado. Su suerte cambió cuando apareció una humilde familia sanjuanina que, sin trabajo y sobreviviendo de la venta de juguitos, lo adoptó y lo invitó a vivir a su casa.
El protagonista de la historia se llama Jorge del Carmen Aguilera, de 70 años. Un hombre que cruzó la Cordillera de Los Andes por pura "curiosidad" para no volver más a su tierra. Tampoco tenía motivos para hacerlo, ya que los pocos familiares que tenía en Chile emigraron a Europa y nunca más volvió a tener contacto con ellos. Señaló que cuando dejó de trabajar conoció a una mujer sanjuanina, con quien convivió hasta hace algunos meses. Pero terminada la relación se tuvo que marchar del hogar y, sin tener a dónde ir, pasó largas noches durmiendo en un coche abandonado.
Pero la vida del solitario anciano chileno dio un giro inesperado cuando aparecieron Romina y Martín, un matrimonio con dos chicos que le brindaron asilo en su vivienda de Villa Italia, en el departamento Rawson. Allí le prestaron una habitación de adobe, donde hay una cama y un viejo televisor que sirve de distracción, y le brindaron un plato de comida, además de las agradables tardes de mate compartidas en familia. "Estoy muy contento. Poca gente hace lo que ellos hicieron por mí. Acá me siento más seguro", contó el hombre.
La familia sanjuanina que adoptó al abuelo no tiene trabajo, apenas viven de lo que ganan con la venta de juguitos y trabajos de costura. Sin embargo dicen que jamás dudaron en brindarle ayuda a Jorge, de hecho contaron que desde Acción Social les sugirieron llevarlo a una casa para ancianos pero prefirieron hospedarlo en su casa. "Cómo puedo negarle un plato de comida, pese a que nuestra situación es crítica. Nosotros ayudamos en lo que podemos, no sabemos qué puede pasar con uno el día de mañana", expresó el matrimonio a Tiempo de San Juan.
Jorge no cobra ni pensión ni jubilación, apenas se alimenta gracias a la solidaridad de la joven pareja. Para quienes quieran ayudar pueden comunicarse al 2645535093.